Fiscalización Efectiva  ¡Ok! Pero a todos empezando por el gobierno ©

No hace falta inventar nuevos impuestos, lo que hace falta es que de una buena vez se apliquen los que ya existen. Pero eso, claro, significaría que la fiscalización fuera real, pareja y sin distinción de colores o compadrazgos.

El problema no es que el pueblo no pague, el problema es que los grandes evasores son los que dictan las reglas del juego. Empresarios que compran facturas falsas, gobernadores que lavan dinero con obra pública inflada, senadores que declaran ingresos de miseria mientras viajan en jets privados, y hasta funcionarios de la misma Secretaría de Hacienda que cierran los ojos cuando les conviene. La evasión fiscal no es obra de los pequeños comerciantes ni de los profesionistas independientes, sino de una mafia bien organizada que está metida hasta en los huesos del sistema.

Señora Presidenta, usted lo sabe, nosotros lo sabemos, todo el país lo sabe. No hay justificación para seguir golpeando a la clase trabajadora con más impuestos cuando los peces gordos se dan la gran vida sin pagar un solo peso. Si de verdad quieren que el país tenga más recursos, fiscalicen sin miedo y sin excepciones. Que los factureros de alto nivel caigan, que los diputados y senadores corruptos rindan cuentas, que los presidentes municipales que se han hecho millonarios de la nada expliquen de dónde sacaron sus fortunas. Que la ley no solo se aplique al hijo del vecino que no emitió una factura, sino también a los tiburones que llevan décadas robando con descaro.

Y si ahora está en marcha una “limpia” en el Poder Judicial, ojalá no sea solo de membrete. Porque de poco sirve cambiar jueces si la corrupción sigue operando en las cúpulas del poder. Se necesita que, por primera vez en la historia reciente, se actúe con valentía y se limpie la casa de verdad. Porque este no es solo un tema de justicia fiscal, es un tema de dignidad nacional.

Es momento de actuar. Ya estuvo bueno de que la lucha solo sea contra los enemigos cómodos, como Trump o los opositores de siempre. La batalla real es contra las ratas del sistema, las que visten de traje y tienen influencias. Esas que le roban a la gente todos los días con artimañas legales y fiscales. Si de verdad queremos un país más justo, empecemos por donde duele: que paguen los que nunca han pagado, que caigan los que llevan años saqueando.

Fiscalización permanente, justa y real. Sin nuevos impuestos, sin pretextos. Solo justicia.

Señora Presidenta Usted tiene la última palabra, ¿Cambiaran las cosas?

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *