Por huggo romerom™
Hay amores que son ternura.
Hay otros que son pasión.
Y hay unos pocos, contados con los dedos del alma, que son eternidad.
Yo no vine a pedir nada de ti.
Ni promesas, ni mañanas, ni espacios en tu agenda.
Yo vine a amarte, así, con la libertad del viento que acaricia sin poseer, con la fuerza del sol que da calor sin pedir sombra, con la profundidad del océano que guarda misterios sin esperar reconocimiento.
Porque cuando uno ama como yo te amo… ya lo tiene todo.
Te pienso como quien escucha una melodía que no se olvida, te respiro como si fueras la pausa entre dos tormentas, te cuido como quien protege el último trozo de inocencia del mundo. No me necesitas para vivir, lo sé. Pero si alguna vez el mundo se te vuelve muy ruido, yo seré silencio. Si todo se torna gris, yo seré tu filtro sepia. Si el peso se vuelve insoportable, yo seré el hombro, la risa, el abrazo, el escondite.
Y cuando no haga falta, cuando tu cielo esté despejado y tu alma plena, sabré desaparecer sin drama, sin heridas, sin exigencias. Porque el amor de verdad no interrumpe: acompaña o se hace brisa.
No descanso.
Porque alguien tiene que velar tu sueño cuando tú no puedes.
No descanso.
Porque alguien debe callar tus miedos cuando ni tú puedes nombrarlos.
No descanso.
Porque alguien tiene que recordarte que estás hecha para la belleza, incluso en los días feos.
Soy ese amor que no pide explicaciones.
El que no pone condiciones.
El que no tiene prisa.
El que se queda aunque tú no estés mirando.
Ese que sabe que ser parte de tu historia, aunque sea en las líneas invisibles, ya es una fortuna.
Y si algún día te cansas, o te caes, o decides no seguir…
Yo estaré.
Como bálsamo para tus heridas.
Como sparring para tus demonios.
Como poema para tu tristeza.
Como milagro para tu paz.
Porque hay amores que duelen, que se rompen, que se desgastan.
El mío no.
El mío es de esos que suman, que elevan, que limpian.
De esos que no entierran, sino que resucitan.
De esos que no piden fidelidades, sino que inspiran libertad.
Así de mágico.
Así de grande.
Así de inmortal…
es lo que siento por ti.
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