Tú, que sabes que eres tú ©

Por huggo romerom™

Hay palabras que no nacen del pensamiento, sino del alma. Que no se escriben con tinta, sino con lágrimas. Que no se dicen con la voz, sino con el eco que deja el amor cuando se pronuncia desde lo más hondo del ser. Este no es un texto; es un exabrupto de mi verdad más dolorosa y más hermosa, un testimonio sin filtro que brota después de perderme en la tormenta de lo que siento por ti.

Porque sí, lo reconozco: dije lo que no quería decir. Grité desde el dolor y la desesperación. Me dejé arrastrar por el abismo que provoca el amor cuando uno ama de verdad. No fue rabia, fue miedo. No fue orgullo, fue una súplica disfrazada. No fue despedida, fue un grito desesperado de “no te vayas”. Y si hoy escribo, es porque mi silencio ya no alcanza para sostener todo lo que late dentro de mí.

Amarte no es un acto; es una certeza. No es un impulso; es una vocación. Y no es un capricho del corazón, es la evidencia inapelable de que en ti encontré lo que todos buscan y muy pocos encuentran: el amor que solo pasa una vez en la vida.

Tú eres eso. La otra mitad que no sabía que faltaba. El abrazo que me completa. El aliento que me falta al despertar cuando no estás. La paz que llega incluso en el dolor, solo por saber que existes. Y lo que más me duele, lo que más me quema, es no poder tenerte frente a mí ahora mismo para decírtelo sin tartamudear el alma.

No pretendo convencerte, ni rogarte, ni disfrazar mi necesidad con frases bonitas. Pretendo entregarte, con toda la desnudez que el amor verdadero permite, esta verdad que me habita: no hay nadie más que tú. No hay nadie más con quien quiera construir cada amanecer. No hay nadie más que me haga creer que el amor no es una utopía, sino un milagro.

Quizá hoy no sea el momento. Quizá mañana tampoco. Pero hay un tiempo esperándonos. Lo sé. Lo siento en cada fibra de lo que soy. Porque hay cosas que el destino no deja al azar. Y tú y yo… no somos azar. Somos respuesta. Somos consecuencia. Somos promesa.

Te quiero con un amor que no pide, que no exige, pero que tampoco se resigna. Un amor que no se irá, ni se callará, ni se esconderá detrás del miedo. Te quiero con el amor de quien ha encontrado, por fin, aquello que le da sentido al mundo. Y no pienso dejarte ir. Nunca. Porque si el universo fue capaz de juntarnos en esta vida, es porque sabe que no hay historia más cierta que la nuestra.

Y si alguna vez dudas, si alguna vez te preguntas si este texto es para ti… solo léelo con el corazón. Porque ahí, en lo más profundo, sabes que eres tú.

Y tú… lo sabes.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *