Lunes para Mandar a Todos y a Nadie a CHASM ©

Por el pinche huggo romerom™

Hoy me desperté con el alma arrugada, la paciencia extraviada y las ganas de existir en pausa. No quiero hablar con nadie, no quiero ver a nadie, no quiero ser nadie. Hoy es uno de esos pinches lunes donde hasta el aire pesa, la luz molesta y las caras felices me provocan urticaria. Un lunes donde lo único que quiero es mandar a todos a CHASM… pero también a nadie. Porque en el fondo, sé que el que se tiene que ir a CHASM soy yo. Porque soy el raro, el que piensa distinto, el que siente más, el que no encaja aunque se esfuerce por ser parte del maldito rompecabezas social.

Y sí, lo sé, estamos a tres gloriosos días de Semana Santa. Ese  break existencial que algunos usan para empedarse y otros, los que ya vamos en modo fantasma, lo usamos para preguntarnos si seguimos en este infierno llamado vida o mejor nos aventamos del bungy sin arnés directo al vacío, para ver si por fin sentimos algo… o nada. Porque hay días como hoy, donde el alma no arde, no vibra, no ama: solo estorba.

Pero justo cuando estoy por mandar todo al carajo y tatuarme en el alma un “ya estuvo”, me acuerdo de la pinche promesa. Sí, esa que le hice a mi jefe máximo. No hablo de ningún Godínez de oficina, hablo del verdadero patrón: el del karma, el del universo, el que me puso aquí por algo más que nomás tragar aire y pagar impuestos. Le prometí que iba a ayudar. A quien se pudiera. Cuando se pudiera. Como se pudiera. Porque siempre, SIEMPRE, será más importante la causa que mi jodido drama personal. Ni muerto puedo faltar a una promesa hecha a un amigo.

No sé tú, pero yo estoy roto. Ya no tengo nada que perder: ni ilusiones, ni planes, ni futuro brillante. Pero tengo un chingo que dar. Tiempo, ideas, esfuerzo, voluntad, esperanza… sí, aunque suene cursi y contradictorio. Tal vez nadie entienda esa dualidad absurda de estar devastado por dentro pero dispuesto a darlo todo por alguien más. Pero es real. Y necesaria. Porque es lo único que me mantiene medio cuerdo, medio vivo, medio humano.

Así que no. Hoy no me voy a ir a CHMM (físicamente, porque  mentalmente siempre me envío ahí). Hoy no me voy a lanzar del bungy sin arnés, ni me voy a desaparecer entre maldiciones silenciosas. Porque alguien me necesita. Alguien ahí afuera está más jodido que yo. Y si puedo ser ese salvavidas oxidado, ese hombro incómodo pero firme, ese loco que te escupe la verdad con sarcasmo y verdad cruda, entonces vale la pena seguir aquí.

Y cuando llegue mi momento de cantar o berrearle a San Pedro, quiero que por lo menos me deje pasar sin pedirme explicaciones. Porque sabrá que no me rendí. Solo me cansé… pero ayudé.

Por cierto que tengan una buena semana ¿santa?

Imagen utilizada para contextualizar el articulo (tal vez la imagen diga lo que no dicen las palabras claramente sobre ese enojo con la vida y con uno mismo) todos los derechos pertenecen a sus creadores originales.

Jaque Mate.

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