“La Ignorancia y la Obsolescencia: Los Últimos Escudos Humanos”©

Por huggo romerom™

A veces, una plática con una alma gemela basta para dar en el centro de una verdad escondida. Fue en una charla digital con mi Link-amiga  Kathy Obad —una gran escritora, brillante y aguda— que surgió este pensamiento: tal vez, sin saberlo, nuestra generación (1962–1990) fue salvada por algo que hoy parece ser pecado capital: la ignorancia.

Ella hablaba del gluten y sus efectos sobre la salud. Un tema que hoy es tendencia, motivo de alarma y etiqueta en cada empaque. Pero en nuestra época… ¿quién sabía lo que era el gluten? Nadie. Y sin embargo, ahí estábamos, completos, sin pánico, sin apps que contaran calorías ni relojes que nos gritaran que estamos sedentarios.

Y le comenté algo que a muchos podrá sonar ridículo, pero que tiene fondo: la obsolescencia de nuestros viejos dispositivos —esos que aún funcionan y no se actualizan— nos protege. Sí, nos protegen de ese enjambre de notificaciones que nos dicen que la vida está en peligro, que debemos comprar ahora una solución, una vacuna, una funda, una suscripción o una versión 2.0 de algo que nunca fue necesario.

Vivimos en la era de la psicosis cibernética: una histeria colectiva alimentada por datos y algoritmos. Hoy, la información no informa: alimenta el miedo. ¿Qué probabilidades reales hay de que el evento trágico que vimos en un TikTok nos suceda? Una en diez mil, quizá. Pero no importa. Las otras  9,999 personas ya están en Amazon comprando la solución para algo que jamás experimentarán.

La tecnología de la información ya no sirve para preservar el conocimiento, sino para inocularnos la urgencia del miedo. Nos enferma, nos alerta, nos etiqueta, nos diagnostica, nos “optimiza”. Y por si fuera poco, también nos programa la fecha de caducidad de lo que tenemos: nuestro celular, nuestra laptop, nuestro refrigerador… incluso nuestra identidad digital.

La ignorancia y la obsolescencia, dos palabras despreciadas por el discurso moderno, quizás son en realidad los últimos escudos humanos. Escudos contra la locura del consumo masivo, contra la ansiedad por estar al día, contra la imposición de que solo lo nuevo es valioso.

Este artículo es un homenaje a esa reflexión compartida con mi amiga Kathy, una perla que encontré flotando en el inmenso océano digital. Su sensibilidad y claridad me ayudaron a mirar esto con otros ojos. Gracias eternas, querida amiga virtual, por ser chispa en esta fogata de ideas.

Y a ti que estás leyendo esto: respira. No todo lo que no sabes te va a matar. Y no todo lo que se actualiza vale la pena. Quizá, solo quizá, estar un poco desactualizado sea el nuevo lujo.

Hoy vivo mi Crucifixión particular después de mi viacrucis de varios años.

Jaque Mate.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *