Para la mayoría de los mexicanos una solución de esta índole sería ideal para terminar con la violencia que no existía en esta magnitud (involucrando víctimas civiles colaterales) hasta que a un ‘iluminado espurio’ se le ocurrió la ‘genial idea’ de “declarar la guerra” solo para ‘seguir e institucionalizar’ el negocio de su antecesor; era y es demasiada la ambición; son demasiados los ingresos que recibirían y reciben como para no hacer una estrategia y ser parte de ese negocio; Del 2000 al 2012 se descaró el contubernio y alianza protegiendo a unos y atacando a otros. Poco importaron las muertes de tantos civiles si los políticos en el poder se enriquecían con tanta sangre. Del 2000 al 2012 fue otra revolución mexicana solo que esta vez el gobierno liquidando a ciudadanos inocentes (muertes colaterales, fuegos cruzados, balas perdidas, etc.) todo esto generó que más delincuentes aprovechando la “guerra contra determinado delito” iniciaran un sinfín de delitos cobijándose bajo la modalidad que supuestamente se perseguía.
Esta violencia que no tiene control en este momento y de la cual solo conocemos a sus iniciadores (titulares del ejecutivo del 2000 al 2012 uno de ellos espurio) podría detenerse si los líderes toman conciencia y se sientan a negociar un acuerdo de paz, un cese al fuego; uso el termino negociar porque sería un acuerdo de voluntades para terminar el derramamiento de sangre innecesario; aquí lo importante es que los antagonistas están pensando en una idea en común como solución y eso es un paso muy importante; sabemos que el negocio no es legal (siempre ha sido así) pero el mercado siempre ha existido por eso existe este negocio; mucho se ha dicho sobre una ‘legalización’ de este negocio, al legalizarlo se pueden tomar medidas para su consumo y controlar consecuencias como sucedió con la legalización del alcohol; se establecerían las reglas del juego para terminar con la violencia y que sea solo competencia mercantil propiamente dicha ya que es un negocio; estas son directrices que se pondrían sobre la mesa del dialogo más otras consideraciones que aportarían seguramente los participantes en estas negociaciones, buscando un acuerdo que satisfaga a ambas partes.
En realidad a nadie conviene una situación de violencia y sí existe voluntad, una misma perspectiva para una solución, y por el bien de los mexicanos se pueden negociar y conciliar intereses, hay un indicio de que podría encontrarse una solución.
A algunos les gustara la idea otros la rechazaran, como siempre existen ‘los pro y los contra’ como en cualquier propuesta, pero aquí está tratándose de detener la violencia y esto puede traer grandes beneficios a los mexicanos.
Ojala pueda concretarse un acuerdo que garantice el clima de tranquilidad que todos los mexicanos deseamos.
Esta idea surge porque ‘Si dos personas “Antagonistas” piensan igual, la solución a un problema puede concretarse’.
huggo romerom™
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