Los del INE se maman el presupuesto y los que defienden no lo saben

VILLARREAL LANDEROS Y LA CULTURA DEL DEBATE

Por Roberto Guillén 

Bello ejercicio para potenciar la Cultura del Debate, fue lo que presenciamos el otro día en la sede del Sindicato de Telefonistas, donde el abogado Ernesto Villarreal Landeros , dirigente estatal de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), nos convocó en torno a la pretendida Reforma Electoral que el Tlatoani López Obrador busca impulsar, con eso de que una casta dorada sigue mamando los jugosos presupuestos, que ascienden a unos 20 mil millones de pesos al año, osea, osea, algo así como la democracia más cara del mundo.

A la mesa del debate tuvimos la oportunidad de escuchar los planteamientos de la socióloga Veronika Sieglin, una Mujer alemana que salta en defensa de la Patria Mexicana, y quien descree del aparato elefantiasico en que se ha convertido el maniroto INE. Que ni siquiera en Alemania existe un aparato de burócratas tan aparatoso y derrochador de recursos. También escuchamos el posicionamiento del Coco Coindreau, un emblemático pianista que, en un gesto de sutil inmovilismo, considera que el ambiente político está inflamado de encono y rupestre beligerancia. Que la interminable feria de insultos – por ambos bandos en disputa- no abona para llegar a un acuerdo donde la Democracia pueda registrar un avance significativo. Que hay mucho ruido pendenciero. 

A la Mesa del Debate también acudió el editorialista Sergio Elías Gutiérrez, quien deploró la geometría política de la pretendida reforma, dado que de llegar a implementarse las minorías se quedarían sin representación alguna en los escaños de poder.

De tal manera, que lo que sí quedó muy claro es que se gasta mucho dinero con los zánganos partidos políticos y con los chiflados de la burócracia dorada. Por último, sólo nos resta reconocer la enorme capacidad de convocatoria – incluyendo las perrunas temperaturas gélidas – de Villarreal Landeros, quien con escasos recursos posibilita una magnifiscente exposición de lo que reviste la Cultura del Debate, por cierto, una tarea que ha sido desterrada de las universidades públicas y privadas. Y ni que decir de las esferas de Poder, donde lo que prima es un riguroso “por aquí te vas”.

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