Con un 73 por ciento de aprobación en su trabajo al frente del país, Andrés Manuel López Obrador se ubicó como el Presidente mejor evaluado al finalizar su sexenio en los últimos 30 años, superando a los mandatarios del PRI y el PAN.
Por ejemplo, Ernesto Zedillo (1994-2000) cerró con 67%, Vicente Fox (2000-2006) con 65.2%, Felipe Calderón (2006-2012) terminó con 49% y Enrique Peña Nieto (2012-2018) cerró en 24%.
Entre algunos de los principales factores que explican la gran aprobación de los mexicanos para la gestión de López Obrador a través de las encuestas esta que muchos ciudadanos mejoraron sus ingresos con el aumento del salario mínimo impulsado por el gobierno, que lo incrementó casi 120% por sobre la inflación.
Después de 35 años de estancamiento, durante el sexenio de AMLO el poder adquisitivo real aumentó más del doble, el peso se fortaleció, la banca y los mercados le dieron un voto de confianza, y aunque la mayoría de los mexicanos trabajan en el sector informal, el desempleo de 2,7% fue uno de los más bajos de América Latina.
Los beneficios entregados a la gente a través de diferentes programas sociales aumentaron en promedio un 55%, y el ingreso laboral promedio creció 24%, por encima de la inflación.

Con estos programas, más de 5 millones de personas salieron de la pobreza durante el sexenio, la reducción más importante en los últimos 16 años, de acuerdo a la comparación de los datos entre 2018 y 2022, cuando se hizo la última medición.
Otro fue la estrategia comunicacional, pues con las conferencias mañaneras, López Obrador creó una inédita y enorme tribuna desde la que marcó la agenda y se aseguró de que el debate girara en torno a él.
Dos puntos más para que Andrés Manuel López Obrador terminara con el 73 por ciento de aprobación fue el capital político que acumuló en su trayectoria política de más de 4 décadas, así como la ausencia de una oposición capaz de hacerle un contrapeso y desarrollar un proyecto político alternativo en la tarea de construir una opción viable, lo que le dejó el camino libre para gobernar.
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