Todos los asesinatos duelen

Por Santiago González Soto

Editorialista invitado

Es diputado federal, periodista y abogado

Todos los asesinatos duelen, absolutamente todos, porque se trata de seres humanos con familia que van a llorar su ausencia.

Pero, los del prian por qué no exigieron la renuncia de Carlos Salinas de Gortari cuando mataron a Luis Donaldo Colosio?. Esos mismos nunca se indignaron por la muerte del Cardenal Posadas y el líder nacional del PRI, Ruiz Massieu. Por qué no exigieron la renuncia de Ernesto Zedillo cuando los asesinatos de Acteal?, por qué no exigieron la renuncia de Felipe Calderón cuando los niños muertos de la guardería ABC o por la muerte de 100 mil mexicanos?, por qué no exigieron la renuncia de Peña Nieto cuando los muertos de Ayotzinapa?

Son preguntas que el pueblo de México lanza en las redes a raíz de los tristes acontecimientos donde perdió la vida el alcalde de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez (Qepd).

Los carroñeros de la política creen que solo debe haber justicia cuando los prianistas la exigen. Pero no, señores, la justicia existe cuando persisten acontecimientos lamentables como el 2 de octubre o el 10 de junio, y muchos otros donde muchos jóvenes perdieron la vida.

¿Usted cree que los priistas Gustavo Díaz Ordaz o Luis Echeverría fueron sometidos a juicio? Nunca.
Eran los tiempos de la impunidad, donde los criminales se protegían desde el poder, donde los asesinos eran tratados como señores de sociedad.

Hoy el alcalde cobardemente asesinado se enfrentó a los grupos delincuenciales engendrados por los gobiernos del prian.
Son los que enfrentó en vida Carlos Manzo, esos mismos que desde la tribuna de la Cámara de Diputados denunció.
Manzo aseguraba que la violencia en México comenzó cuando el panista Felipe Calderón se robó la presidencia, apoyado por los gobernadores del prian en todo el país y, por supuesto, por los millonarios que no querían perder sus privilegios.

Hoy la Presidenta Claudia Sheinbaum, actuó con prontitud para buscar esclarecer y presentar a los asesinos del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo.
No es como entonces, cuando Díaz Ordaz, Echeverría o Salinas de Gortari se servían la copa para festejar los asesinatos que desde sus oficinas ordenaron.
Eso el pueblo no lo olvida, el pueblo lo recuerda y clama justicia, que se acaben los crímenes cometidos por los hombres de cuello blanco, sean los del gobierno o sean los empresarios.

Monterrey cuenta su propia historia en materia de asesinatos de inocentes: el 18 de febrero de 1976 policías estatales dispararon cobardemente contra hombres y mujeres en la colonia conocida como Granja Sanitaria, ¿usted cree que salieron a pedir la renuncia del alcalde y gobernador de entonces? Nunca.

Nunca más una derecha podrida que solo piensa en su beneficio y nunca en el bienestar de la sociedad mexicana.
Los traficantes de influencias, los deudores de impuestos, los hipócritas, los beneficiarios del Fobaproa sueñan con volver a engañar al pueblo porque tienen a los dueños de los medios de comunicación de su lado con la promesa de que volverán a recibir carretadas de millones de pesos de los impuestos del pueblo.

No volverán a lucrar porque hoy tenemos un pueblo maduro y politizado que sabe que es mejor que los impuestos regresen a los abuelitos a que se los sigan chingando los saqueadores de la derecha podrida.
Siguen moralmente derrotados.

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