Se va nuestro dictador dejando regada toda una revolución de las conciencias 

Por Santiago González

Hasta siempre, Presidente

Se ha ido el “dictador” que puso en su lugar a la derecha, que enfrentó al FMI y estableció una nueva economía basada en el humanismo. Andrés Manuel López Obrador, catalogado por sus detractores neoliberales como un dictador, fue desde 2006 acusado de ser un peligro para México.

Intentaron robarle la presidencia por segunda ocasión, como antes lo hicieron con Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 y con López Obrador en 2006, el candidato de “Primero los Pobres” por el PT y PRD. Pero nuestro “dictador”, Andrés Manuel, cumplió su promesa: fue un peligro, pero para el México de los traficantes de influencias.

Fue una amenaza para los evasores de impuestos que, bajo los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, y el priista Enrique Peña Nieto, lograron condonaciones por más de 530 mil millones de pesos. Acabó con los privilegios y “moches” de diputados, senadores y alcaldes del PRI y PAN a través del Ramo 26 del presupuesto federal.

López Obrador, “el dictador”, no dudó en enfrentarse a un poder judicial corrompido, cuna de la impunidad para los poderosos y el crimen organizado. Promovió que jueces, magistrados y ministros fueran electos por el pueblo, algo impensable para sus opositores.

Para una minoría poderosa económicamente, AMLO fue un peligro porque puso el presupuesto en manos del pueblo, beneficiando a millones de mexicanos vulnerables, en lugar de a los banqueros y empresarios rescatados por el Fobaproa.

Durante la pandemia, se negó a endeudar al país para beneficiar a los evasores fiscales. Será recordado como el líder que borró al PRD del mapa político y redujo al PRI y al PAN a su mínima expresión en las elecciones de 2024.

Con la presidenta Claudia Sheinbaum, la coalición “Sigamos Haciendo Historia” obtuvo casi 36 millones de votos, dejando solo 44 diputaciones federales para la oposición.

AMLO deja un país con más de 22.49 millones de empleos y una tasa de desempleo del 2.71%. Los aumentos salariales, que antes eran de apenas tres pesos, pasaron de 89 pesos en 2018 a 249 en 2024. La osadía de aumentar el salario fue otra de las grandes “hazañas” de este dictador, quien también redujo la informalidad al 2.25% y fortaleció el peso frente al dólar, dejando una paridad de 19.69 pesos por dólar.

En contraste, bajo el neoliberalismo, la devaluación del peso fue brutal: con Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, y Ernesto Zedillo la caída fue de miles de puntos porcentuales. Con Vicente Fox y Felipe Calderón, la devaluación fue de 17% y 17.8%, respectivamente, y con Peña Nieto, subió al 56.1%. AMLO dejó un peso fuerte y estable.

Este dictador contó con la confianza de millones de mexicanos que, expulsados por el PRI y PAN, regresaron para enviar más de 63 mil millones de dólares en remesas a sus familias. Su gobierno también logró un crecimiento del 5.1% en recaudación tributaria y atrajo inversiones extranjeras por más de 31 mil millones de dólares, una cifra récord.

Las cifras podrían seguir, pero lo importante es la reflexión: Andrés Manuel López Obrador enfrentó y venció a los poderes fácticos atrincherados en un sistema electoral, judicial y político antiguo. Los poderosos intentaron frenar su avance con campañas de miedo y odio, apoyadas por los medios de comunicación concesionados, creando la narrativa del dictador peligroso.

No lo lograron, y ahora, tras su partida, los pocos que aún sueñan con el regreso del viejo régimen neoliberal continuarán frustrados. Porque, para bien de todos, los pobres seguirán gobernando México bajo el liderazgo de Claudia Sheinbaum, quien tiene el firme compromiso de llevar la Cuarta Transformación al siguiente nivel.

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