Con el llamado a que el Hospital Tierra y Libertad y la Escuela de Medicina de la Universidad Emiliano Zapata sean el orgullo de Nuevo León, de México y de América Latina, rindieron homenaje póstumo al doctor Miguel Ángel Garza Ibarra.
Las cenizas del director del Hospital-Escuela, fallecido el 24 de septiembre, fueron despedidas por directivos y trabajadores del Hospital, maestros y estudiantes de Medicina, dirigentes y militantes del Partido del Trabajo, activistas y bases del Frente Popular “Tierra y Libertad”, así como funcionarios, familiares y amistades.
“Su lucha fue por la salud del pueblo y esa causa es nuestra causa”, señaló Lupita Rodríguez Martínez, directora general de los Centros de Desarrollo Infantil (CENDI) del Frente Popular “Tierra y Libertad”.
Y como la mejor manera de honrar su memoria, hizo un llamado para que el Hospital-Escuela cumpla dicho propósito y sea orgullo de Nuevo León, de México y de América Latina.
La también dirigente del PT aseveró que Miguel Ángel no quería cosas pequeñas y recordó que fue constructor de la utopía de la Colonia Tierra y Libertad, ya que como médico comenzó en los tiraderos de basura, donde atendía a mujeres que parían y a niños que estaban muriendo.
Reconoció que desde las trincheras de la lucha estudiantil y a lo largo de 50 años nunca se doblegó ante nada, “a pesar de que éramos perseguidos, encarcelados, gaseados y golpeados”.
Refirió que 25 años se llevó para que el Hospital Tierra y Libertad estuviera levantado y erguido, pero no concluida su tarea de brindar atención humanista con médicos de primera para atender con todo el merecimiento a sus enfermos.
“Un médico humanista, no mercenario. Tampoco un médico mercantilista, sino un médico que tuviera el sentimiento de que el pueblo lo necesita para resolver sus problemas de salud”, subrayó.
Manifestó que Miguel Ángel es de los muertos que nunca mueren por defender el ideal de un México diferente.
“Un proyecto de nación y de vida que nunca abandonó a pesar de la adversidad y siempre estuvo un paso adelante dándonos el ejemplo”, concluyó.
Por su parte, Alberto Anaya Gutiérrez, dirigente nacional y diputado federal del PT, explicó que el doctor Miguel Ángel Garza Ibarra no era persistente, “para mí era terco y aquí está su terquedad”, dijo al referirse al Hospital Tierra y Libertad.
Su terquedad, expuso, estuvo en salir adelante de las Aulas Anexas de la Facultad de Medicina de la UANL, en 25 años para que el Hospital diera servicios y en siete años para obtener el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios de la carrera de Medicina de la UNEZ y, sobre todo, en superar a la UNAM en el ingreso de alumnos.
Informó que las generaciones de la UNEZ serán de 260 alumnos. “En la UNAM con todo y sus presupuestos presentan 20 mil alumnos y sólo aceptan 200; es decir, de cada cien acepta a uno la universidad pública que se supone es la máxima casa de estudios de México”.
Sostuvo que el deseo del doctor Miguel Ángel era abrir las puertas a todos los estudiantes con vocación de servicio y de entrega a la noble causa de atender y salvar vidas”.
En el Homenaje Póstumo brindaron emotivos testimonios los alumnos Citlalli Magallanes y Antonio Rangel, las doctoras Alicia Salinas Ruiz y Silvia Ángel Torres y los hijos del homenajeado, Miguel Ángel y Luis Roberto.
Participaron también el doctor Juan de Dios Sánchez Martínez, quien fue profesor de Miguel Ángel en las Aulas Anexas, así como la doctora Alma Rosa Marroquín, secretaria de Salud del Estado.
A la ceremonia asistieron las nueras Ana Lucía y Cinthia y los nietos Luis Roberto y Luisa Fernanda, así como su hermana Josefina y su hermano Carlos Alberto, actual Tesorero General del Estado.
Además, el diputado local Waldo Fernández González y María de Jesús Hernández Niño, directora de la Escuela Preparatoria Técnica Gral. Emiliano Zapata.
