Despide combativo contingente a Doña Rosario…

Raúl A. Rubio Cano

Ayer a las 16:00 horas llegó al Panteón del Roble, en la ciudad de Monterrey Nuevo León, la caravana fúnebre que transportaba los restos mortales de Rosario Ibarra de Piedra, toda una leyenda en la vida nacional en materia de la defensa de los Derechos Humanos y del verdadero feminismo que tanto profesó.

Rodeado su féretro de unas 200 personas, entre familiares, gente que rescató de las mazmorras del régimen de los años setenta, exguerrilleros y demás luchadores sociales, así como, algunos medios de comunicación escritos, radiofónicos, televisivos tradicionales y de las redes sociales, a nivel local, nacional e internacional, dieron el adiós a Doña Rosario (como popularmente se le conocía), y fue llevada a su última morada con el canto central de la organización que ella formaría: “Vivos se los llevaron; vivos los queremos!

Claudia Piedra Ibarra, la hija mayor de la Doña Rosario, comentó la dura vida que ha llevado la familia en más de 40 años de lucha y donde el ejemplo combativo de su madre ha sido muy importante para resistir en esa lucha por la Democracia, la Verdad y la Justicia. Demandó a los presentes seguir sembrando esa semilla para tener una Patria digna para todos, a lo cual la gente externó: ¡Rosario vive, la lucha sigue y sigue!

Por su parte, Rosario Piedra Ibarra, hermana de Claudia, destacó la figura de su madre de ser una luchadora incansable y que en la búsqueda de su hermano Jesús, desaparecido por el mal gobierno hace 48 años, impulsó la defensa de los Derechos Humanos y el feminismo real.

Laura Elena Gaytán Saldívar, del Movimiento al Socialismo (MAS), una de las personas rescatadas por Doña Rosario, ya que estuvo tres meses presa en el Campo Militar Número Uno, resaltó los cientos o miles de personas que Rosario pudo rescatar y regresar a sus familias, en sus más de 40 años de lucha, pero también, cuestionó que dónde estaba esa gente que rescató para acompañarla en estos últimos momentos del sepelio a Doña Rosario.

Por último en ese acto fúnebre, Rosario Ibarra, directora de la CNDH, agradeció a los presentes su asistencia para dar el último adiós a su madre, habló de su hermano Jesús Piedra y de que si es necesario tomar las calles pacíficamente, habría que hacerlo, como lo hizo su madre hace 40 años, para rescatar a los desaparecidos de ahora; de que la defensa de los Derechos Humanos no es por decreto, sino ello implica la movilización popular para hacer una realidad efectiva esa defensa.

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