Hoy, 17 de agosto, AMLO y Claudia Sheinbaum hicieron su gira por Monterrey, un evento que, para muchos, podría parecer una oportunidad para acercarse a los líderes de Morena y hacer oír sus voces. Sin embargo, la realidad es otra. En medio del ruido de las multitudes, una persona de Morena me extendió la invitación a “entregar un escrito” con mis propuestas. ¿En serio? ¿Entregar un papel para que acabe en las manos de algún asistente achichincle que ni siquiera lo va a leer? Qué pérdida de tiempo.
No estoy aquí para posar en fotos ni busco un hueso; no necesito de ese circo. No soy de los que se dejan llevar por la corriente, ni mucho menos soy un borrego que va de acarreado a cualquier mitin para aplaudir ideas huecas y demagogias sin sustancia. Tengo soluciones reales, probadas y que podrían hacer una diferencia significativa en el país. No es cuestión de promesas vacías o discursos floridos, sino de acciones concretas que ya han demostrado su eficacia.
Si realmente quieren escuchar a alguien que sabe lo que necesita México, que me agenden una cita de 20 minutos con ellos. Con eso basta para hacer más bien que cualquier pancarta o megáfono. No me interesan los reflectores, sino que se actúe con sentido común y con una verdadera visión de futuro. El país no necesita más discursos, sino soluciones reales.
Ya basta de andar de figurines; si quieren hacer algo por México, escuchen a quienes de verdad saben.
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