Reivindicación Ingenuos ©

Por huggo romerom™

La Ingenuidad: La Cualidad que los “Vivos” Nunca Entenderán;

Vivimos en un mundo donde la ingenuidad es sinónimo de estupidez. Si eres sincero, si confías, si crees en la buena fe de la gente, eres “pendejo”. Así de simple. La sociedad ha decidido que es preferible ser “vivo”, o como debería decirse correctamente, un tranza disfrazado de oportunista. Porque claro, es mucho mejor pisotear a alguien por dos pesos que ganar de verdad y para siempre.

Pero vamos por partes.

Ser ingenuo no es ser idiota. Ser ingenuo es actuar sin malicia, creer en la justicia, en las segundas oportunidades y en que el bien, eventualmente, se impone. Y aquí viene la gran ironía: quienes se creen “listos” por estafar, por mentir, por vender humo, nunca llegan realmente lejos. Al final del día, los dueños del mundo no son los que se aprovechan de los débiles, sino los que entienden cuándo y cómo aprovechar una oportunidad. Y sorpresa: la verdadera oportunidad nunca es efímera, es definitiva.

Porque hablemos de éxito, ese fetiche de los vivos. Si te jactas de ser un “chingón” porque en un negocio mal hecho te clavaste unos miles, pero sigues siendo un simple mortal que paga su renta como el resto, siento decirte que no eres ningún genio de las finanzas. Si no estás en el ranking de los 1000 más ricos según Forbes, entonces eres tan común y corriente como el ingenuo al que llamas pendejo. La diferencia es que él duerme tranquilo, sin miedo a que lo busquen, sin paranoia de que le cobren cuentas pendientes.

Pero sigamos con lo legal, porque claro, los “vivos” también creen que las reglas son para los “pendejos”. Se sienten impunes hasta que un día llega la factura: una demanda bien armada, un contrato que los ata, un fraude que explota en sus narices. Y entonces, cuando el sistema que tanto despreciaban los aplasta, los ingenuos que tanto criticaban terminan mirándolos desde arriba, con una leve sonrisa de “te lo dije”.

Ser ingenuo no es no ver la realidad. Es verla y decidir no ensuciarse con la miseria de otros. Es saber que la única manera de ganar en grande es construir, no robar. Es entender que la verdadera inteligencia está en hacer que el dinero trabaje para ti, no en estar corriendo siempre para buscar el siguiente “negocito” de poca monta.

Así que la próxima vez que alguien te diga “ingenuo” con tono de burla, agradécelo. Porque significa que tu conciencia sigue intacta, que tu inteligencia está por encima de las trampas de corto plazo y que, al final del día, eres tódolo menos pendejo.

Jaque Mate.

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