Por huggo romerom™

¿De verdad aún hay quien cree en eso de “renuncié a mi empleo y ahora tengo un negocio de 6 cifras gracias a mi mentor”? Pues sí, todavía hay incautos. Las redes sociales están infestadas de estos gurús de medio pelo, que presumen imperios invisibles, supuestas fortunas digitales y una libertad financiera que solo existe en sus reels de Instagram.
La verdad es brutal: el negocio de las mentorías es una estafa maquillada de crecimiento personal. Los que ahora se hacen llamar mentores son, en realidad, víctimas de otros mentores más hábiles que ya les sacaron miles de pesos o dólares vendiéndoles “la fórmula del éxito”. ¿Y qué hacen ellos ahora? Tratar de recuperar lo perdido vendiéndote exactamente la misma porquería reciclada con un nuevo logo y un curso en Canva.
Es el mismo modelo que las pirámides: alguien arriba inventa la historia, 10 caen, y de esos 10, ocho siguen estafando para tratar de recuperar su inversión. ¿El truco? Vender urgencia con frases como: “Solo por hoy”, “última oportunidad”, “90% de descuento”. A ver… ¿quién en su sano juicio que dice tener un negocio de 6 cifras te va a mendigar una venta con descuento? Si enseña a ganar oro, ¿por qué lo regala?
Porque la verdad es que no tienen oro, no tienen negocios reales, no tienen pruebas, ni estados financieros, ni flujo de caja, ni activos, ni estrategias sustentables. Solo tienen humo, un celular con cámara y hambre.
Este negocio de las mentorías no empodera, embauca. Es la venta de espejitos a precios premium, en donde el único ganador es el que te vendió la ilusión primero.
Así que despierta: si el mentor no puede enseñarte con hechos lo que predica, no es mentor, es vendedor de humo profesional.
Y tú, tal vez solo estás comprando el boleto VIP para una estafa de la que él todavía no ha salido.
Bienvenido al nuevo multinivel: el del coaching trucho y el crecimiento personal tóxico.
Jaque Mate.
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