La misma casta política enferma de poder


A propósito del caso Veracruz de Cuitláhuac García Jiménez


Crónicas Ausentes
Lenin Torres Antonio


El poder seduce, corrompe y des-moraliza a las mentes débiles, y es el objetivo de los hombres siniestros que buscan en la política el lugar para materializar sus ambiciones, sus perversiones y el terreno para hacerse ricos sin trabajar honradamente.
Mientras millones de mexicanos todos los días salen de sus casas tempranos para ir a trabajar arduamente y traer los recursos para sostener y alimentar a sus proles, hay una minúscula casta-clase que vive de la política, algunas veces hasta psicóticamente justifican sus robos porque “lo merecen”, “lo merecen”, “lo merecen”, viéndose diferentes y divinos piensan que las riquezas que administran del pueblo son suyas y sin empacho tarde que temprano terminan por apropiarse y robar descaradamente sin pudor, aunque al final, no hay crimen perfecto, pese a llegarse a creer su perfección dejan vestigios que tarde que temprano los delatan y hace ver a todos sus miembros de “la casta enferma de poder” iguales, ya sean guindas, rojos, azules, amarillos, naranjas o verdes, y como un cáncer que hace metástasis contamina todos los reductos de la vida pública y del estado mexicano, y tiene nombre ese mal que ha asolado desde hace mucho tiempo a México, “la corrupción”.
Ingenuos los mexicanos pensábamos que el mal había terminado y que entraríamos beatos a una época de la honradez y justicia para todos, ingenuo nuestro presidente Obrador trabajando sin cesar por instaurar una nueva cultura política y atrás sus huestes no aguantaron ver en sus manos tanto poder público (dinero) y no han dudado en enfermar de poder y repetir las conductas malsanas de aquellos que tanto han criticado, malversando los fondos del estado, adjudicándose jugosos contratos directos a empresas con prestanombres que son propiedad de altos funcionarios estatales, engrosando con sus cuates y familiares la planta laboral que administran, además adjudicándoles sueldos millonarios, usando dinero del estado para sus campañas políticas para rendir buenas cuentas y mantener la preferencia electoral, en suma, repetir la cultura de la simulación, corrupción y engaño que tanto daño han causado a México y a Veracruz.
El caso Veracruz, el estado mexicano gobernado por Cuitláhuac García Jiménez, es el caso paradigmático del fracaso de la 4ª T. en México, que rodeándose de auténticos prianistas, y no porque militen actualmente en esos partidos políticos, sino porque tienen la mentalidad de los años mozos de prianistas donde se ejercía “el pinche poder” de forma personal, creo que sin tener plena consciencia de ello Cuitláhuac, les dejó adueñarse de la columna vertebral del gobierno del estado de Veracruz, desde lo alto del poder, y con la cercanía personal y familiar, distribuyeron a sus huestes en los principales puestos públicos donde se administra los recursos del estado de Veracruz, así mismo, se hicieron con la estructura partidista de MORENA, dejando tan sólo como decoración al actual presidente estatal de MORENA.
Cuitláhuac García Jiménez sin oficio en el arte de gobernar, pensando que con sólo repetir los eslóganes podía gobernar bien de acuerdo a los principios de la 4ª T. hacia una verdadera transición democrática en Veracruz, comenzó a rodearse no de aquellos quienes vinieron de la lucha por quitarle el poder a la clase corrompida prianista, sino de auténticos “chapulines” que no dudaron en salvarse del barco a punto de zozobrar, y llegaron al inició, en medio y al final, al reino del nuevo poder, y se han convertido en la nueva mafia del poder en Veracruz.
Los obradoristas, en el que me incluyo, hemos sido testigos del fracaso de la 4ª T. en Veracruz, quienes pensamos que al principio del gobierno de Cuitláhuac al fin la democracia había llegado, y un buen gobierno se iba a instalar, pero desafortunadamente no fue así, y en lugar de eso vimos cómo el estado que se instaló fue un estado represor, antidemocrático y corrupto.
El criminal trato a la UPAV dan cuenta de ese fracaso de la 4ª T. en Veracruz, manteniéndola como antes, como una “caja chica” del gobierno del estado, particularmente de la subsecretaría de educación media y superior de la SEV, sin observar su falta de crecimiento, de calidad académica y educativa, sin siquiera darse cuenta como poco a poco se ha perdido el gran instrumento que dejó su fundador para masificar la educación media superior y superior y abatir el rezago educativo en Veracruz, sin darse cuenta que sus finanzas son administradas por una empresa ilegal Outsourcing desde donde se pagan los allegados del subsecretario y seguro de otros funcionarios grandes sueldos, y se permite la opacidad, y que esos recursos nunca han llegado para beneficio de la comunidad universitaria de la UPAV, constatando tal abandono, que desde su fundación hace 11 años la UPAV no cuenta con bibliotecas (virtuales para el caso de su modelo educativo), que desde hace 11 años la UPAV no ha podidos cumplir con los requisitos de idoneidad para ser contemplada como cualquier universidad pública en el presupuesto federal que se les otorga año con año, que sus docentes (que le llaman “asesores solidarios” para evadir sus derechos laborales) desde hace 11 años cobran la misma cantidad por sus trabajo docente, y que la UPAV debe ser autónoma no tan sólo de nombre.
Asimismo, el caso Araly, también da cuenta del fracaso de la 4ª T. en Veracruz, lamentable y penoso caso de corrupción y tráfico de influencia, la señora Araly quien seguro tan sólo es una presta nombre de los grandes beneficiados de esos contratos millonarios adjudicados directamente, y que seguro son funcionarios del estado de Veracruz, y además cercanísimos al mismo Cuitláhuac, pues sólo así pudieron tener el poder para hacerse con esas jugosas ganancias.
Y lo peor que antes que se terminé el sexenio en México y Veracruz vemos como la vorágine por la sucesión gubernamental y presidencial se ha desatado inmisericorde, dejando a un lado el proyecto de estado y país que debería ser el tema de la agenda política de la clase gobernantes y de la oposición.
En Veracruz como en México la carencia de un sistema de partidos políticos sano y alejados del poder del estado, como auténticas escuelas de lo público jamás permitirá una verdadera transición democrática, el relevo de la casta política se hace necesaria e ineludible, la formación y la educación desde el bien y la ética para los asuntos de la ciudad y de la res pública de las nuevas generaciones de líderes y políticos una meta previa insoslayable.
Pero qué causa ese comportamiento de la clase política que arriba al poder y se corrompe, creo que en buena parte es a causa del sistema presidencialista piramidal y vertical, cuasi religioso y psicótico que no ha permitido que se cree una cultura republicana democrática, además, la carencia de una auténtica división de poderes nos permite constatar la crisis de la política. El debate es inercial y ad hoc, se mueven los partidos políticos y los políticos no en el reino de las ideas sino en el reino de lo privado, el político mexicano concibe la política como una vulgar “chamba” no como una vocación, y como tal, busca siempre ganar más, escalar la pirámide del poder público.
La democracia no diferencia estúpidos de inteligentes, es un sistema de escrutinio totalmente cuantitativo que permite la selección y legalización de hombres y mujeres en el poder público, el examen cualitativo, los atributos y visiones inteligentes para el manejo del poder público corresponden a los votantes. Pero desafortunadamente no siempre ha sido así, por eso vale preguntarnos ¿qué clase de hombres hemos elegidos para que nos representen y ejerzan el poder público?
A que conclusiones podemos llegar de esto “más de lo mismo”:
Qué “la corrupción” sigue siendo el mal de México, y que es una patología que permanece pese a las buenas intenciones del presidente Obrador, una praxis en el seno del mismo grupo morenista en el poder público.
Que la praxis política sigue careciendo de contenidos, y apuesta a la manipulación y aprovecharse de las necesidades de la ciudadanía, aunque esto corre paralelo con una ciudadanía apolítica y acrítica, complementado un escenario donde desafortunadamente prevalece la falta de corresponsabilidad.
Que el relevo generacional de la insana clase política está ausente, y sigue operando la misma clase política que no ha tenido la capacidad de construir un país democrático que garantice pluralidad y división de poderes públicos, y eficiencia del estado y sus instituciones para resolver los graves problemas de pobreza, inseguridad y marginación.
A todas luces falta un Proyecto de Nación y de Estado fundamentado en una nueva teoría política e ideológica, que sostiene el poder público de forma consecutiva, es decir, que las acciones de la función pública estén vinculadas con esta nueva teoría política e ideológica, teniendo la garantía que ésta nueva teoría política e ideológica sea capaz de enfrentar y resolver los graves problemas sociales, de certeza, económicos, educativos, y de seguridad, entre otros, que vive la sociedad mexicana y la veracruzana; considerando que no debe entenderse como una posición puramente moral y ejemplar, sino como una perspectiva de ética y de acción que involucre a la sociedad en general.
Que restituir la normalidad de la funcionalidad Institucional del Estado Mexicano no significa la Cuarta Transformación de México, ni mucho menos un cambio de paradigma de la res pública (cosa pública).
Que el flagelo con que se resume esa inoperancia de la normalidad de la funcionalidad de las instituciones del Estado Mexicano es la Corrupción, que se hizo formar parte de nuestro inconsciente colectivo, de nuestra cultura, “el que no tranza no avanza”, y formaba parte de ese metalenguaje privado que operaba sobre lo público, y que legitimaba de cierta forma el uso personal del poder público y de las instituciones, volviendo inoperante el estado de derecho y el buen funcionamiento de las instituciones públicas.
Que se presagian malos tiempos, al observar la polarización política y la falta de voluntad y amor a la patria.
No veo una consciencia plena de lo real, de la situación in extremis que vive nuestro país; por lo que estoy seguro de que cualquier relevo de poder no traerá el Fuego Nuevo que queme “lo viejo” y haga surgir “lo nuevo” para iniciar una nueva vida de esperanza y de paz entre los mexicanos, porque no veo a la clase política con miras de altura que le permita ver que lo que está en juego es la sobrevivencia de los mexicanos.
Veracruz desafortunadamente es el caso paradigmático del fracaso de la 4ª T., la consolidación de la emigración de la misma clase política que arruinó al estado mexicano, y que no hay esperanza de cambio, porque la misma operatividad del estado de Veracruz es ejecutada por esos vivales corruptos, desafortunadamente el gobernador Cuitláhuac García le abrió la puerta al mismo mal de siempre, y los mantiene en el gobierno intentando hacer parecer que no pasa nada, pero ¡si pasa y es grave!
Febrero de 2023

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