La llegada de las aguas al noreste mexicano, reflexión obligada

Raúl A. Rubio Cano

Es lamentable que a estas alturas del desarrollo tecnológico, por lo menos en nuestra realidad del noreste, no podamos entender aún del todo el proceso del ciclo del agua que nos abastece y permite la vida en esta parte del planeta.

Definitivamente que no es posible ni será, salir de tal retraso teórico-práctico, mientras no mandemos al carajo el proceso de “Extractivismo” con que se ha tratado al vital líquido por las clases dominantes, su servidumbre de políticos y su consecuente cultura que se desarrolla en todo ello. Esa estirpe de clase dominante, por siglos, ha visto el agua como un botín y al Estado y sus gobiernos, como instrumentos para imponer el saqueo de la misma, convertirla en Mercancía y para hacer pingües negocios con su extracción, saneamiento, distribución y diferentes formas para su consumo.   

En un siglo de estudios del agua a nivel mundial y hasta local, hoy tenemos suficiente información para conocer la naturaleza acuífera y su presencia en la región, pero como ésta se le considera no un “Bien Común”, sino el que se convierta en Mercancía para el usufructo de unos cuantos, sólo se verá al agua a medias (y a veces ni eso) en cuanto al estudio de su existencia, de sus dinámicas y demás procesos afines y esto, ya es hoy muy grave, porque el crecimiento poblacional, de actividades productivas y de servicios en el noreste mexicano, lleva al agua dulce a su escasez y contaminación definitiva.  

Basta con lo dicho, para apuntalar nuestra indagatoria en el tema y pasemos a comentar la presencia de las últimas lluvias en la entidad, cuándo todo señalaba que la sequía seguiría siendo un proceso con muy escasa lluvias, realidad que continuará siendo tendencia, ante los cambios climáticos del planeta y, en particular, porque estamos en un ciclo de gran sequía cuya periodicidad data de mil 200 años en la región suroeste de los Estados Unidos y noroeste de México, según estudios de la Universidad de California (UCLA) Ver: Los Angeles Time (14/2/2022).

La llegada de recientes aguas

Hasta la fecha las interpretaciones de la llegada reciente de lluvias rayan desde el pensamiento religiosos, pidiéndole al Creador el pueblo creyente y sus ministros, que traiga la lluvia, hasta, el uso de los informes de los meteorólogos de los noticieros norteamericanos, que luego “tropicalizan” los responsables de dar el Clima en los principales medios de comunicación local, extremos que son el universo para explicar lo sucedido.

En realidad carecemos de trabajos sobre el tema que gocen de verdadera investigación científica, vivimos toda una vergonzosa situación en nuestras sacrosantas universidades, porque –siempre lo han dicho tras bambalinas- que tomar las cosas en serio puede conducir a esas instituciones de “educación superior”, a caer en polémicas y cuestionamientos con las burocracias del Estado que manejan los informes del Clima y peor aún, con sus titiriteros del Gran Capital, que buscan que entre menos se hable de la real naturaleza del agua y sus proceso de extracción, distribución y consumo, mejor para ello, para seguir haciendo de las suyas con el agua.  Mientras que en el Acuífero Edwards, en San Antonio Texas, se lleva riguroso control diario de sus niveles y se avisa a la población para tomar medidas en el consumo del agua, para el caso de alguna baja de su nivel, aquí todavía desconocemos cómo opera la naturaleza del Acuífero 1906, que se ubica abajo el área metropolitana de Monterrey y se determina a éste por puntos geográficos superficiales, más que por situaciones de referencias de la naturaleza hídrica de la zona, porque tal vez dar a conocer sus capacidades y establecer controles en el consumo del mismo, cuestionaría el proceder de las grandes “ratas del agua”.   

Con honrosas excepciones a la fecha, los académicos de nuestras casas de estudio han hablado de la práctica extractivista (muchas autoridades e investigadores en el tema del agua, es fecha que ni siquiera saben qué es eso), del saqueo del vital líquido y las consecuencias para la región en el corto, mediano y largo plazo. Sus estudios o “sesudas” indagatorias, son a lo mucho para seguir buscando más agua, superficial y profunda, hacer ahorros con la que ya se tiene y evitar en lo posible su contaminación y si ello, ya no es factible, pues no les queda que recomendar las aguas “negras, o residuales” en diversos usos, menos en el consumos humano, pero todo dentro de un proceso de sobre extracción vil del agua, sin pensar en tareas de Remediación por el agua extraída de los sitios de donde fue obtenida, o de Regeneración de ecosistemas para propiciar el cultivo del agua o procesos para obtener agua a semejanza de como lo hace la Madre Naturaleza. Estamos aún muy lejos de ello, pero con voluntad política, como ya se escucha en el gobierno federal de la 4T (y hasta el Presidente AMLO acaba de mandar iniciativas al Congreso en el tema), las cosas pueden cambiar, porque por fin hemos llegado en lo político, en la forma de gobierno a una transformación de múltiples órdenes en donde ya no interesa ver el agua como mercancía, sino como un Bien Común y esto, es un duro golpe a la ignorancia y a la rapiña que habían predominado por siglos en el estudio, acceso y manejo del agua.     

No tener una preocupación académica en las aguas de la hidrósfera con una región determinada, vuelve imposible entender la llegada de las recientes aguas al noreste de México y en particular a Nuevo León, ello implica considerar el fenómeno de la Niña (aguas procedente desde el océano Pacífico a tierra firme) que hoy impactan en el Hemisferio Norte de América; la llegada del Jet Stream (corriente hacía el Golfo de México desde el océano Atlántico) y, el impacto sobre la Niña por el Vórtice Polar que con sus “brazos” gélidos (masas de aire o “olanes”, como lo llaman meteorólogos serios como R. Garduño:UNAM), de esa gran capa que vino desde el Norte cubriendo Canadá y USA, una capa muy gélida, procedente desde la Estratósfera (a unos 30 kilómetros de altura de  la superficie terrestre)    

El choque de esos brazos (olanes) super gélidos (basta recordar que el Himalaya es el pico más alto del planeta Tierra y llega a unos 8 mil metros, imagínense hablar de esa frialdad de la estratósfera a 30 mil metros de altura). Esta frialdad al desplazarse hacia el sur del Hemisferio Norte de América y chocar con la lluvia de La Niña, se convirtió ésta humedad en una mega nevada que no se había visto en mucho años (o tal vez nunca), abarcando desde el estado de Oregón hasta el sur de California, así, volvió a mega nevar en las montañas Rocallosas y la sequía de mil 200 años que se había detectado en los últimos años, fue refrescada en el Sur Oeste de USA y Noroeste de México y desatándose lluvias no esperadas y grandes granizadas en Texas y el Noreste Mexicano, el agua empezó a caer en buena cantidad a donde sólo se esperaba sequía y más sequía, porque el Niño se había perdido de la escena ante el predominio de la Niña, y dejado sin lluvias suficientes al Noreste Mexicano.  

Por lo tanto, lo que hemos comentado es una Dinámica Atmosférica Estratosférica que vino desde unos 30 kilómetros de altura y que chocó con capas de humedad más superficiales como las de  La Niña y la corriente del Chorro del Atlántico y devino éste proceso en grandes nevadas al Oeste de Norteamérica y más al sur del Hemisferio Norte, formó grandes tornados de mayor duración ciclónica y, hacia el Golfo de México en lluvias que no se esperaban y llenarán no sólo ríos y arroyos del Noreste Mexicano, sino también aportarán humedad a los mantos acuíferos subterráneos tan explotados en la región en los últimos años.     

Hace una semana el arroyo Camacho en el municipio de Linares estaba seco, pero hace días se creció, mandando sus aguas procedentes de la Sierra Madre al río Pablillo y de allí, a la presa Cerro Prieto. También, hemos de suponer que la tan cuestionada presa Libertad está empezando a cargar sus primeras aguas.

A manera de Conclusión  

En la medida que las Leyes sobre el agua se definan más y más, para considerar al vital líquido un Bien Común y no una vil mercancía, realidad sólo posible en una sociedad que vaya extinguiendo al Neoliberalismo que tanto mal nos hizo y vaya conformándose un Gobierno del Pueblo, para el Pueblo y con el Pueblo, los paradigmas para el estudio y protección del agua cambiarán, la superficialidad y el interés mezquino sobre la obtención y cuidados del agua igualmente, la 4T demanda de ello y la nueva sociedad que todos nos merecemos, también.

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