Eleazar Fuentes Gutiérrez
Cuando hablamos de las juventudes en México, estamos entrando en un tema complejo, ya que los jóvenes somos el presente y el futuro de este país. Pero, ¿todos los jóvenes tenemos garantizado un buen futuro? Pues no es así.
Como joven, me parece un tema interesante para abordar y analizar: ¿qué está haciendo el gobierno, o qué no está haciendo, por las juventudes de este país?
Durante mucho tiempo, al joven que no tenía la oportunidad de estudiar o trabajar se le calificaba como “nini”, es decir, ni estudia ni trabaja. Un estigma y un señalamiento injusto, ya que no siempre hay las mismas oportunidades para todos. Es triste ver cómo algunos jóvenes se corrompen o empiezan a hacer cosas ilícitas por falta de oportunidades. ¿Ahora. Qué está haciendo el gobierno de México actualmente, o qué política pública ha implementado para darle solución a este problema?
Durante el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador se creó el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que muchas personas calificaban como un programa para las juventudes flojas de este país. Decían que solo les regalaban dinero, entre otras críticas descalificativas hacia la política pública.
Ahora, ¿por qué hablo de este tema? Actualmente, en la administración de Claudia Sheinbaum, la semana pasada, en el Senado, se aprobó la reforma constitucional para incorporar este programa a la Constitución. Solo falta que los congresos locales lo ratifiquen para que se haga constitucional.
¿Qué busca la política pública Jóvenes Construyendo el Futuro? Beneficiar a los jóvenes de entre 18 y 29 años que no cuentan con empleo y que no están inscritos en algún sistema escolar, brindándoles la oportunidad de capacitarse durante un año en empresas privadas. Durante ese tiempo, el Estado les ofrecerá un salario mínimo y cubrirá el costo del servicio médico (IMSS). Al concluir, los jóvenes podrán quedarse trabajando en la empresa donde se formaron o abrirse puertas en el mercado laboral con más herramientas. Esta reforma no solo beneficia a las juventudes de este país, sino también a las empresas, que encuentran en el programa una vía para descubrir talento y formar profesionales, todo sin un costo inicial para la empresa.
Este programa se hizo con el fin de rescatar a los jóvenes de caer en trabajos ilegales o actividades ilícitas por falta de oportunidades. Según datos del gobierno de México, más de 3 millones de jóvenes han accedido a una oportunidad gracias a esta política de desarrollo. Tan importante es este programa que todas las bancadas partidistas, dejando a un lado el color, lo aprobaron por unanimidad, creyendo en que puede rescatar a las y los jóvenes. Así es como se termina el estigma de “nini”.
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