Hoy hace 45 años que volví a nacer…®

Un día como hoy 20 de febrero pero de 1975, curiosamente jueves también, volvimos a nacer un amigo de la infancia compañero de aventuras y yo, su nombre era o es Ángel (no sé si aún viva) le apodaban “el chango” su propia familia lo bautizo con ese mote, pero desde aquel día empecé a creer que su nombre verdadero le quedaba muy adoc.

Era una tarde soleada y paseábamos en bicicleta (una bennotto con manubrios raros, en ese espacio podía ir sentado alguien aunque realidad nunca supe el uso verdadero) mi amigo sentado en los manubrios y yo conduciendo, de pronto llegamos a una calle creo que era la Nicolás Bravo y bajamos por Allende  donde existía una pendiente muy pronunciada y emulando a meteoro (caricatura japonesa de un corredor de autos de esa época) baje sin pensar en nada solo sintiendo la velocidad, la adrenalina y el tema de meteoro interpretado por mi parlante amigo, no se cuanta velocidad alcanzaría pero en pendiente, sin freno y con una carga de 40-45 kgs en los manubrios debió de ser considerable para una bicicleta, y al llegar al cruce con la calle Escobedo ya no supe absolutamente nada… ————————

Al despertar no escuchaba nada… vi todo negro, pensé que estaba ciego, o muerto, (pensando muchas veces estoy seguro que morí unos segundos al menos) pero era la llanta de la camioneta con la que nos habíamos estrellado, estaba a unos centímetros de mi cabeza y fue lo primero que vi al despertar…lentamente me puse de pie como pude y vi a mi amigo sangrando de la frente pero consciente  riendo “pensé se volvió loco” pero reía porque dejo hundida la puerta de la camioneta con la que nos estrellamos y digo estrellamos porque él se estampo y abollo la puerta, y yo por la imprudencia de no frenar en cada esquina, la primer calle la libramos, la segunda no jajajaja…la bicicleta quedo como a unos 5 metros de la camioneta, y estaba llegando tránsito y cruz roja, recuerdo que me levanté agarre con una mano a mi amigo y con la otra la bicicleta y empecé a correr porque no quería que me detuviera el tránsito ni que la cruz roja interviniera por la regañada que nos darían, no pude llegar muy lejos cuando nos dieron alcance y el más feliz era el conductor de la camioneta porque estábamos “vivos y corriendo” jajajaja .

Fuimos remitidos a las dos instancias, mi amigo a la cruz roja para cerrarle la alcancía, y yo “detenido” por ser uno de los participantes en el estrellamiento y fui llevado a las instalaciones de tránsito.

Lo demás como decía Arturo de Córdoba, “eso no tiene la mayor importancia”, castigado por un año sin bicicleta (la mía) porque como quiera rentaba una y continuaba  deslizándome por pendientes solo que más seguras, las pendientes que estaban hechas por “el bordo de contención” del rio bravo donde el riesgo solo era la caída si te descuidabas. Pero influenciados y siendo fans de Evel Knievel buscábamos emularlo, aunque esas acciones terminaban muchas veces en huesos rotos, afortunadamente yo solo obtuve moretones y raspaduras.

Cuando tienes 13 años no estás consciente de que vives de milagro, o no sabes porque, cualquier persona con más edad con un accidente así no hubiese vuelto a acercarse a una bicicleta en su vida, pero para un adolecente solo fue una aventura más.

Por eso hoy celebro que volví a nacer hace 45 años y espero que mi amigo Ángel donde quiera que se encuentre también este celebrando.

Escrito en febrero 20 de 2020.

Related Articles

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *