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“Cómo Rebotar Después de Tocar Fondo (Y Aplastar a los Saboteadores en el Camino)”

La quiebra es como ese agujero negro donde se van los sueños, las ganas de vivir y hasta el perro parece odiarte. Te miras al espejo y piensas, ¿cómo diablos llegué aquí? Bueno, spoiler alert: no solo por tus malas decisiones, sino por ese ejército de personas tóxicas que se disfrazaron de “amigos”, “socios” o peor aún, “familia”, que en lugar de darte una mano, se aseguraron de que te hundieras aún más.

Es momento de rebotar, y no, no hablo de las veces que tu cuenta bancaria hizo bounce porque no tenías ni para pagar el Netflix. Hablo de levantarte de ese desastre empresarial espantoso y volver al lugar al que perteneces: la cima. Pero para llegar allá, amigo, vas a tener que hacer una limpieza tan profunda en tu vida que ni un exorcismo te dejaría tan limpio. Aquí viene la parte más difícil: dejar atrás a los lastres humanos que te han estado hundiendo.

Los Saboteadores: Esos Parásitos que Aman Verte Jodido

Hay un tipo de persona que disfruta verte en el fango. Se acercan con frases tipo “te lo dije”, o “quizá esto no era para ti”. Lo que no te dicen es que en el fondo están aliviados de que fracasaras, porque tu éxito solo les recuerda lo miserables que son en su mediocridad. Identificarlos no es difícil. Si cada vez que propones una nueva idea o estrategia te responden con “no creo que eso funcione” o “quizá deberías tomarte un tiempo para pensar bien las cosas”, es una alarma. Estos vampiros emocionales no quieren que regreses a donde perteneces. ¿Por qué? Porque ver a alguien caer es su telenovela favorita y tu comeback les arruinaría el show.

Hábitos Basura: Deja de Comerte las Uñas y Pon Manos a la Obra

Aparte de lidiar con gente tóxica, también tienes que mirar hacia adentro. Porque, admitámoslo, tú tampoco eras un santo. No, el cigarro a medio día, el procrastinar proyectos, el “mañana lo hago” o el fiestón de los viernes no ayudaron en nada. Ser empresario no es tener la vida de un rockstar, es saber decir que no a los vicios que te hacen perder tiempo y enfoque.

Emprender es como estar en una guerra. Los soldados que sobreviven no son los que van a cada batalla con una resaca de tres días, sino los que tienen disciplina y estrategias. ¿Quieres volver al éxito? Primero, corta de raíz esos hábitos autodestructivos que hacen que la caída sea más dolorosa. Nada de ver maratones de Netflix como si fuera tu trabajo o seguir rodeado de gente que solo te dice lo que quieres escuchar. Vas a necesitar una mente afilada como un cuchillo y un círculo social más selecto que la lista de invitados de un evento VIP.

El Camino de Regreso: Sin Piedad, Sin Remordimientos

El primer paso para salir de la quiebra es dejar de sentir lástima por ti mismo. Sí, la regaste. Sí, lo perdiste todo. Pero a nadie le importa, así que deja el drama y comienza a hacer lo que sabes hacer mejor: volver a construir. Define tu objetivo como si tu vida dependiera de ello, porque, seamos honestos, en este punto depende.

Rodéate de personas que valgan la pena. No necesitas palmaditas en la espalda, necesitas personas que te den una patada en el trasero cuando sea necesario. Y lo más importante: aprende a disfrutar el odio que generas en los que te quieren ver caer de nuevo. Porque nada, y digo nada, sabe mejor que un éxito que molesta a los envidiosos.

Volver al éxito es más que reconstruir tu negocio, es reinventarte. Así que hazlo sin mirar atrás, sin disculparte y sin dejar que las sanguijuelas que te hundieron te arrastren de nuevo.

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