
Cuando un inexperto –por no decir otra cosa– evade impuestos, endeuda al estado con proyectos de transporte que huelen a negocio particular y deja sin agua a la gente, algo está podrido. Y si encima pretende atraer al magnate más rico del mundo con una “giga” fábrica, que lo más probable es que primero la pongan en Marte o Júpiter antes que en Santa Catarina. Más aún ahora que Trump lo tiene jugando a ser el General Custer en su versión 2025, exterminando todo lo que le huela a apache, sioux, cheyenne o pies negros.
Nuevo León no necesita otro iluminado que venda sueños mientras exprime las arcas. Necesitamos una candidata simple: Honesta y Justa. Punto. La inteligencia, el colmillo y el aguante se los damos nosotros. Con esas dos primeras cualidades ya llega con un 90 de calificación. Y ojo, no queremos mesías de pacotilla ni redentores de Instagram. Queremos a alguien que no haga negocio con el sudor de los que se parten el lomo todos los días.
Porque los que andan postulándose solos, comprando hasta obispos y prometiendo soluciones milagrosas, no pelan un chango a nalgadas. No sacan un gato a mear. No arreglan ni un café y no cruzan la calle solos porque se los lleva un carro.
Así que Dios –si es que todavía tomas peticiones–, aviéntanos una candidata Honesta y Justa. Resortes pidió un milagro y le mandaste un beisbolista, un futbolista, un luchador y un aviador. Nosotros no queremos cuatro, con uno que valga la pena nos conformamos.
PD: Dicen que hay una exfuncionaria con ‘T’ en el nombre que es amiga de la presidenta con ‘A’ y que sí tiene capacidad y La presidenta la quiere aquí de Gobernadora; Convéncela, ¿SÍ? Porque aquí ya no hay a quién irle: todos son del mismo cártel de cuello blanco.
Abur.

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