En realidad ¿Qué tanto vale un Tonto? Porque si sirve para algún plan de alguien que espera beneficiarse es ‘invaluable’, si sirve para elevar ‘egos’ también su valor es muy elevado, si sirve para ayudar a solucionar problemas masivos solo por solucionarlos está en un valor por encima de los valores comerciales tradicionales, si sirve para ser ‘el culpable’ de las situaciones cotidianas su valor es alto, si sirve para estar apoyando causas en las que ni siquiera está involucrado su valor es de mercado, si sirve para dar apoyo en situaciones inesperadas su valor es contingente, si por su ética, honestidad, principios y convicciones no sirve a los propósitos de algunas circunstancias, negocios o personas es un doble tonto y su valor es cero o no existe.
Así es como se valora a un tonto, con un valor espejo, es decir ‘el tonto’ ocupa el lugar del reflejo, por eso tiene esos valores dependiendo de cómo le conviene al objeto que posa frente al espejo.
Es complejo, pero esa es la psicología verdadera del valor de un tonto.
El tonto (reflejo) puede hacer todo lo que no puede hacer el objeto y que le gustaría poder hacer, por eso es tan caro y al mismo tiempo tan valioso e imprescindible tener un tonto cerca, un tonto de catálogo, un tonto a la mano para cualquier problema.
Un tonto es como un Uber porque lo usas cuando no quieres o no sabes manejar, es como un vaso de agua cuando tienes la más espantosa resaca, es una solución para cualquier problema, una respuesta a cualquier pregunta, es tu compañía aunque lo detestes o no te guste, es invaluable.
Ahora que pasa si ese tonto decide ya no serlo, ¿automáticamente se devalúa? O si decide salir del closet y ya no navegar con la bandera de tonto como insignia ¿quién pierde?, ¿el objeto o el reflejo?…
O en realidad ¿el tonto lo es tanto?, ¿el tonto es un intento?, ¿hay un talento oculto en un tonto?, ¿es malo o bueno ser tonto?, en realidad ¿el tonto es el reflejo? Y si desaparece el tonto ¿Qué hará el objeto si no sabe ser tonto?…
Por cierto una reflexión de Woody Allen al respecto, solo como epilogo sin ánimo alguno de adicionar, modificar, suprimir o desdecir lo anteriormente escrito.
huggo romerom™
