Un golpe físico puede sanar en varios días, un golpe anímico puede durar para siempre, más si el efecto es colocado con premeditación, alevosía y ventaja. Un golpe físico es consecuencia de una contienda deportiva o de riña, pero se termina y ahí acaba todo las lesiones sanan y se olvida, te acuerdas de repente si ves las cicatrices pero nada más, en cambio un golpe anímico es invisible pero está en tu pensamiento, en tu dia a dia, una vez recibido jamás te puedes desprender de ese efecto devastador. Todos en algún momento determinado hemos recibido un golpe anímico, podemos decir que no porque ni cuenta te das a veces porque lo recibes sutilmente, a veces hasta disfrazado de con envoltura de bondad.
Los más propensos a recibir estos golpes son las personas que son abiertos, que muestran sin miedo sus sentimientos y sus pensamientos, y que generalmente buscan apoyar a otras personas con cualquier medio que este a su alcance, las conozcan o no, sean problemas comunes o no, simplemente por ayudar, como un deber que muchas personas sienten sin que exista obligación.
No existe manera de eliminar estos golpes anímicos, simplemente los asimilas, los esquivas o te haces inmune (a los que puedas) y si son recibidos de especialistas en este ‘arte de demoler’ pueden ser eternos.
Por eso creo firmemente que en lo posible se debe aprender a esquivar y a ser inmune, nunca asimilar y así evitas la eternidad y solo queda en temporalidad, es decir te afecta y te tumba un golpe anímico bien acomodado pero tarde o temprano te levantas, incluso existe en escasas veces alguien que puede darte un ‘Golpe de Bondad’ ®, que es como un comodín de una baraja y puede ayudarte a ganar y aunque sea un antídoto temporal te sana el alma y deja solo las cicatrices que al final son solo eso, cicatrices.
Un golpe de estos asimilado puede acompañarte toda la vida y eso no es sano porque vivirás amargado, con resentimientos, con odio y eso te llena el alma de sombras y morirás triste y mucho antes del tiempo que debe ser.
Por eso como en el box sonríele a los golpes porque los recibirás un dia sí y otro también, son la sal y pimienta de la vida porque así es la gente, recibe un abrazo, una caricia, un pensamiento agradable, un buen deseo y los etiqueta como hipocresía y envía golpes, golpes y más golpes, por eso aprende a esquivarlos y a ser inmune en los que puedas, muchas veces, casi siempre las personas que golpean fueron golpeados anteriormente y asimilaron, no esquivaron ni trataron de ser inmunes y sus golpes son producto de ese pasado que no fue para nada fácil, a esas personas que me ha tocado conocer en estas circunstancias y con esta situación les deseo que aprendan a esquivar y a ser inmunes para que puedan vivir en paz. Dios los bendiga y los ayude a lograrlo.
huggo romerom™
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