Lupita Rodríguez Martínez
La lactancia materna es un derecho humano fundamental, universal, imprescriptible e inalienable del bebé y de su mamá.
Sin embargo, tanto la Constitución federal como la Constitución estatal sólo reconocen la lactancia materna como un derecho de las mujeres y de los niños en las disposiciones del ámbito laboral público y privado.
La fracción V del Artículo 123 de la Carta Magna dispone que las mujeres en el período de lactancia tendrán dos descansos extraordinarios por día, de media hora cada uno para alimentar a su hijo o hija.
Esto mismo se estipula en la fracción IX, inciso C, del apartado B del Artículo 123, donde agrega que disfrutarán de asistencia médica y obstétrica, de medicinas, de ayuda para la lactancia y de servicios de las mal llamadas guarderías, cuando en realidad debería tratarse de los Centros de Desarrollo Infantil (CENDI) o de los Centros de Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil (CACI) o de los recién creados Centros de Educación y Cuidado Infantil (CECI), impulsados por el IMSS para reemplazar las guarderías tradicionales.
Desde el 2023 se promovieron iniciativas para consagrar la lactancia materna en la Constitución Política Mexicana y en la de Nuevo León como un derecho humano fundamental, universal, imprescriptible e inalienable de niñas, niños y mujeres. Es un esfuerzo en el cual los diferentes grupos legislativos tenemos que perseverar hasta elevar a rango constitucional el derecho a la lactancia, con el fin de garantizar los beneficios que de ella emanan.
Constituye un proceso donde el Estado y los sectores público, privado y civil tengan la obligación de proveer su protección, apoyo y promoción. Todo ello, para cumplir con la nutrición adecuada, el crecimiento sano y el desarrollo integral de las y los lactantes, así como con su salud y la de sus propias madres.
En gran medida tales disposiciones ya las establece la Ley para la Protección, Apoyo y Promoción de la Lactancia Materna del Estado de Nuevo León, vigente desde el 20 de enero del 2016, la cual tuvimos a bien en promover como Grupo Legislativo del Partido del Trabajo en la LXXIV Legislatura, con base en el principio constitucional del interés superior de la niñez.
Invertir en lactancia es invertir en el futuro y esta Semana Mundial de la Lactancia Materna 2025, el llamado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) es que Prioricemos la Lactancia Materna para Construir Sistemas de Apoyo Sostenible.
Atender este llamado en México y en Nuevo León implica contribuir a proteger los derechos y el bienestar de todos los niños y de todas las niñas lactantes, especialmente quienes viven en condiciones más vulnerables.
Se requiere garantizar que las madres trabajadoras tengan las dos pausas de 30 minutos durante su jornada laboral, ya sea para amamantar a su bebé o para extraerse leche en las salas de lactancia de sus centros de trabajo o en lugares cercanos que les faciliten el ejercicio de este derecho.
A casi diez años de promulgada la Ley, es un avance que nuestro Estado cuente con una red de 96 lactarios instalados alrededor de plazas municipales, en clínicas y hospitales, centros comunitarios y estaciones de Metrorrey, bajo el programa “Alimentar con Amor” que encabeza Mariana Rodríguez Cantú, titular de Amar a Nuevo León, sin contabilizar los que centros laborales y educativos han instalado por su cuenta, así como 37 Bancos de Leche Humana activos a través del IMSS-Bienestar y de la Secretaría de Salud del Estado.
Es un sistema sostenible de apoyo a la lactancia que debemos consolidar, con un enfoque que involucre a toda la sociedad, para asegurar que cada madre tenga el apoyo, el entorno y los recursos necesarios para amamantar con éxito, desde la concepción hasta los primeros dos años de vida del bebé y más allá.
El apoyo debe comenzar en el periodo prenatal, con trabajadores de la salud y con familiares capacitados para brindar orientación clara y atención con calma durante la hospitalización y apoyo continuo después del alta médica.
Bebés y mamás necesitan ayuda para manejar los desafíos de lactar, así como ganar confianza al regresar al hogar y, sobre todo, al retornar al trabajo frente a la comercialización generalizada y poco ética de fórmulas lácteas.
Empoderar a las mujeres en todos los entornos es esencial para continuar con el amamantamiento de un nuevo ser y lograr la igualdad de género.
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