¿Votamos por el partido o por el político?

Eleazar Fuentes Gutiérrez

Esta pregunta me la han hecho muchas veces: ¿debemos votar por la ideología de un partido, por su esencia, sin importar quién sea el candidato? ¿O debemos votar por la persona, independientemente del partido político que represente? Me cuestiono si aún existe la lealtad a los ideales en los partidos políticos o si todo queda en el discurso.

La partidocracia en México es compleja y diversa. Observamos cómo la mayoría de las personas adultas mayores votan por el partido político. Mi abuelo fue priísta toda su vida porque era su partido de siempre, pero si viviera ahora, sería morenista, sin importar quién fuera el candidato o candidata. La partidocracia en la política marca épocas.

Tengo mis argumentos y razones para afirmar que muchas de las gubernaturas, alcaldías, diputaciones, etc., en general, cargos de elección popular ganados por Morena en esta década, se deben a Andrés Manuel López Obrador. En 2018, si se postulaba como candidato una piedra para una diputación por Morena, la piedra ganaba. Claudia Sheinbaum ganó la presidencia gracias al partido político en el que estaba. Si se hubiera postulado a Claudia por cualquier otro partido que no sea Morena y pusieran a otro candidato o candidata en Morena, estoy seguro de que ganaría Morena. Pero hubo una persona que se posicionó en su ideología y en su discurso más fuerte que cualquier partido: AMLO, quien creó Morena, y fue una mezcla que hizo que la gente votara por Morena por él.

Pero los partidos se corrompen y pierden sus ideologías. Ningún sistema o partido es puro. Vemos gente de derecha en Morena, personas de izquierda en el PAN. Los partidos hacen coaliciones por intereses de poder, no tanto para seguir su ideología. El Partido Verde ha estado siempre con todos los partidos: apoyó al PRI cuando tenía el poder, ahora a Morena, y así continúa.

Para no hacer este tema muy largo, pero sí es un tema ambiguo y debatible, nunca hay que votar por el partido político, sino por la persona. Un ejemplo son las personas que votaron por el alcalde de Santa Catarina, NL, porque era del PAN y ellos apoyaban al PAN. El político se fue a otro partido y traicionó sus ideales. Después compitió por la reelección por MC. La gente que votó por él por ser de Movimiento Ciudadano se decepcionó porque ahora se cambió a Morena. Entonces, mi consejo como apasionado por la política es: nunca voten por la partidocracia, voten por las personas, los candidatos o candidatas. Analícenlos y hagan un voto consciente, para que durante su administración, si cambian de colores, a los votantes no les afecte.

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