Por huggo romerom™
A veces no es que dejaste de amar.
Es que te cansaste…
De ser tú el que siempre busca,
el que se preocupa,
el que pide perdón sin haber hecho nada,
el que intenta mantener viva una relación que hace tiempo dejó de respirar.
Te cansaste de sentirte solo, aun estando acompañado.
De darlo todo y recibir casi nada.
Porque el amor también duele cuando no se cuida,
cuando deja de sentirse recíproco.
Cuando ya no hay detalles,
ni palabras que abracen,
ni gestos que digan: “me importas”.
No era falta de amor…
Era falta de presencia.
Y es que amar solo… también cansa.
Y al final, hasta el amor más sincero,
termina rindiéndose.
Pero rendirse no es perder.
A veces rendirse es sobrevivir.
Es elegirte.
Es darte una pausa para reencontrarte con tu propia voz,
con tu paz, con tu reflejo.
Y quién sabe…
Tal vez un día llegue alguien,
que no me pida que lo ame solo,
sino que me contagie de ganas de volver a vivir.
Autor desconocido, NTLD;
Leave a Reply