Por Huggo Romerom™
Al fin. Después de años de andar predicando en el desierto digital, hablando solo con mi teclado como el loco del pueblo, ¡una de mis propuestas ha comenzado a caminar! El Senado acaba de aprobar lo que ellos llaman “legítima defensa sin proceso penal”. Yo la llamo por su verdadero nombre: el primer borrador no autorizado de La Ley del Exterminio Legal©.
¿Y qué es esto? Simple: si alguien se mete a tu casa con intenciones criminales, ya no tienes que esperar a que te violen, maten, roben, o te den un susto de por vida para actuar. Puedes responder con la fuerza que sea necesaria y no ser tratado como el criminal por defender tu vida. Una obviedad que tardó décadas en entenderse.
Claro, esto aún no es La Ley del Exterminio Legal© como debe ser. Le falta un 40% para ser verdaderamente efectiva:
- Falta blindar al ciudadano contra la “revancha legal” de familiares del delincuente.
- Falta establecer un proceso sumario de archivo inmediato y automático de carpetas de investigación.
- Falta, sobre todo, la conciencia social de que el ciudadano decente no debe ser sospechoso por sobrevivir.
Pero hey… es un avance del 60%. Un paso más cerca de que la justicia deje de ser rehén del absurdo garantismo.
Y como si eso no fuera poco, otras propuestas salidas de este laboratorio de ideas incómodas también empiezan a asomarse:
- Pensión para Todos – que nadie te diga que es una locura devolverle al pueblo ese 2% del IVA que paga en cada compra. Es tu dinero, ¿o no?
- Niños Diazepam – la iniciativa que busca legalizar el registro genético (ADN) de los niños usados en cruceros, esquinas y semáforos como carnada emocional. ¿Muy rudo? Lo rudo es que los siguen drogando para explotarlos. Eso sí es barbarie.
Años me dijeron: “tú estás loco”, “eres un Robespierre reencarnado”, “eso no es humanismo, es odio”. Pero ahora, lo que ayer era herejía jurídica hoy es base de dictamen legislativo.
No se trata de llevarme las luces, porque nunca fue la intención. Se trata de encender los focos donde antes solo había sombras. Se trata de decir lo que nadie se atreve a decir en voz alta, aunque todos lo piensan cuando ven el noticiero.
La justicia tiene que dejar de ser decorativa. La justicia tiene que doler… pero al que la rompió.
Porque los derechos humanos no pueden ser un escudo para los inhumanos.
Porque la paz no se logra con rezos, sino con reglas que protejan al bueno y pulvericen al malo.
Porque ya basta de normalizar el crimen y penalizar la defensa.
¿Barbarie? Sí, pero civilizada y legal.
¿Dura? Sí, pero más dura es la tumba de quien murió esperando un amparo.
Seguimos avanzando. Que tiemblen los tibios. ‘Síganme los buenos’*
‘No solo basta con rascarte la cabeza, hay que averiguar si son piojos, caspa, mala circulación o falta de oxígeno en el cerebro’ ©
Liga utilizada para información sobre la reforma aprobada; Imagen y frase*utilizada por su relación con la justicia real; el crédito es de sus creadores correspondientes originales.
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