Por huggo romerom™
Hay experiencias que uno quisiera borrar del mapa, y llevar un auto a Jidocha University es una de ellas. El lugar presume ser un centro de “mantenimiento automotriz”, pero en realidad opera como una verdadera cueva de Alí Babá moderna, donde lo único que parece importar es cuánto pueden sacarte, no cuánto pueden ayudarte.
La estafa empieza desde lo más absurdo: $9,000 por lavar un auto y cambiar los tapones de válvula de las llantas. Sí, leyó bien. Como si fueran de oro macizo o bañados en polvo de diamante. El descaro llega al extremo de mostrarle al cliente una bolsa con piezas sucias y un filtro de aire acondicionado, como si eso justificara el robo disfrazado de mantenimiento. Lo peor: apenas tres semanas después, el sistema de clima (que nunca había fallado antes de entrar ahí) ya empezó a dar problemas.
Les hablo para reportar la falla y me dicen $ 2,000 mxn ¡por revisar! Algo que ellos descompusieron ¡para seguir robando!
El colmo es la falta de profesionalismo de su personal. El que recibe el vehículo no tiene idea de precios ni de servicios, pero aun así exige ser calificado con “10” en su desempeño. ¡Un cinismo de antología!
A los automovilistas de San Nicolás y Escobedo, les dejo esta advertencia: si no quieren ser estafados y robados, manténganse lo más lejos posible de Jidocha University. No es un taller, es un agujero negro de deshonestidad. Mejor vayan a Jidosha Barragán ahí por lo menos tienen ética profesional.
Pensé en emprender acciones legales, pero eso se quedaría en papeles. Lo que realmente duele a este tipo de negocios es la denuncia pública. Porque la gente debe saberlo: en ese lugar no hay ética, no hay honestidad, no hay servicio. Solo hay fraude.
Jaque Mate.
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