Por huggo romerom™

El 8 de marzo no es solo una fecha en el calendario, es un recordatorio de lo evidente, de lo que muchos se empeñan en ignorar, pero que se siente en cada esquina de la historia y de la vida cotidiana: el mundo avanza gracias a ellas. A su inteligencia, a su tenacidad, a su capacidad de crear, reconstruir y reinventarlo todo, incluso cuando la historia —escrita mayoritariamente por hombres— ha tratado de hacerlas ver como un complemento, cuando en realidad son la esencia.
Es curioso cómo la narrativa nos ha hecho creer que el hombre ha llevado la batuta, cuando basta observar con atención para darse cuenta de que las grandes revoluciones, las pequeñas resistencias y los cambios silenciosos han tenido un rostro femenino. Desde la mujer que desafía con ideas brillantes en una sala de juntas, hasta aquella que dirige su hogar con la estrategia de un ajedrecista. Desde la artista que sacude conciencias con su obra, hasta la científica que resuelve enigmas que otros ni siquiera se atreven a plantear.
La verdad es simple: ‘si la belleza de una mujer es capaz de detener el tráfico, su inteligencia es la que mueve al mundo’©. No hay estructura que no haya sido sostenida por su ingenio, por su perseverancia, por su forma única de transformar lo cotidiano en algo extraordinario. La mujer no es una musa pasiva en la historia, es la autora, la directora y muchas veces la productora ejecutiva de cada movimiento que de verdad ha cambiado algo.
Nosotros, los hombres, apenas somos un eco de lo que ellas han construido. Acompañamos, sí. Pero ellas lideran. No importa si es en el arte, la ciencia, la política, la educación, la economía o la vida misma. Cuando una mujer pone su mente en algo, la realidad se ajusta a sus pasos.
Así que este Día Internacional de la Mujer, más que felicitaciones vacías, más que flores o discursos reciclados, hay que hacer algo más difícil pero más necesario: reconocer. Reconocer que las mujeres no necesitan permiso para brillar, que no han sido una pieza secundaria en el juego de la humanidad y que, si el mundo sigue en marcha, es porque ellas nunca han dejado de moverlo.
Imagen utilizada solo para ilustración del artículo, todos los derechos son de sus creadores origínales.
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