PENSIONES, LA REFORMA QUE FALTA

Lucilda Pérez Salazar

En el año 2025, adquirió relevancia nacional el tema de las pensiones en México. Y no es que este asunto no se haya debatido o demandado antes, desde años atrás se ha venido tratando, pero no con la profundidad, la fuerza y la extensión con que ahora resurgió, se debatió y se sigue debatiendo.

El tema de las pensiones es un expediente no resuelto en el mundo, en nuestro país y en cada uno de los estados que tienen a su cargo la seguridad social.

• Desde el año de 1980, cuando surgió el modelo neoliberal en el mundo, los gobiernos de muchos países y los organismos financieros internacionales, implantaron un nuevo modelo de pensiones. Eliminaron el sistema colectivo, solidario, intergeneracional, llamado también sistema de reparto o de beneficio definido, e impusieron un nuevo sistema llamado de capitalización individual, mejor conocido como Sistema de Ahorro para el Retiro, sistema de cuentas individuales o AFORE.

• Este sistema se instaló por primera vez en México, en el estado de Nuevo León, en el año 1993, durante el gobierno de Salinas de Gortari y el estatal de Sócrates Rizzo. Se le denominó Sistema Certificado para la Jubilación (SCJ). Se expidió una nueva ley del ISSSTELEON que abrogó la Ley de Seguridad Social anterior (1983).

• Cuatro años después, en 1997, el gobierno de Ernesto Zedillo implantó este mismo sistema de cuentas individuales en el IMSS y posteriormente, en 2007, Felipe Calderón lo implantó en el ISSSTE. Todo ello con la anuencia y el concurso de las representaciones sindicales de los trabajadores.

• La implantación de este modelo pensionario injusto y depredador, aniquiló las pensiones de los jubilados, las redujo drásticamente al 30% del último salario del trabajador. Hasta el nombre de pensión se eliminó, porque ahora se llama renta vitalicia. Con ello, los gobiernos lograron disminuir el gasto fiscal (presupuestal) en pensiones a costa de la ruina de los trabajadores pensionados.

• Hoy, las generaciones de trabajadores integrados a este sistema, que comenzaron a cotizar hace 30 años y están pensando en su retiro, se enfrentan a una realidad lacerante. Se jubilarán con 6,000 pesos en el ISSSTE y con 8,300 pesos en ISSSTELEON.

• Por eso, la lucha que han desplegado los maestros de la CNTE y de sectores importantes del SNTE (Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Veracruz, Yucatán, Quintana Roo y otros estados) es más que justa y desesperada.

• Esta es la reforma de fondo que falta por realizar a este gobierno de Claudia Sheinbaum. No puede irse el presente sexenio sin hacer justicia pensionaria a los trabajadores de México. Si este es un gobierno del pueblo y de los trabajadores, estos exigen justicia y echar abajo el agraviante régimen de cuentas individuales de Salinas, Zedillo y Calderón, que los llevó a la ruina.

• Es cierto que construir un nuevo sistema de pensiones conlleva un gran esfuerzo y muy alta complejidad. Requiere contratar especialistas técnicos y juristas de alto nivel, tiempo para preparar un diseño de pensiones sostenible y sustentable con vigencia a largo plazo, cuantiosos recursos presupuestales y financieros, aportaciones significativas de patrones, gobierno y trabajadores y mejorar los salarios de los trabajadores.

• Ahora bien, si este no fuera el momento para la reforma de las pensiones, por el contexto económico y político que vive México y por las graves complicaciones internacionales agravadas con la llegada de Trup al gobierno de Estados Unidos. No hay nada que impida que la Presidenta vaya integrando un grupo de especialistas de alto nivel técnico y jurídico ( actuarios especialistas en pensiones, juristas, académicos estudiosos de este tema, funcionarios de Hacienda y representantes de los trabajadores) para que vayan diseñando un nuevo modelo de pensiones y de seguridad social colectivo, solidario y administrado por el Estado, no por entes privados, ni por instituciones financieras.

• Construir una nueva Ley de Pensiones no es asunto que se pueda resolver en una semana ni en un mes. Lleva tiempo, por la complejidad del tema, pero además para buscar los consensos y arreglar o atemperar las presiones que vendrán del mundo empresarial y financiero y de los poseedores de las AFORE.

• Abrirle paso a un sistema de pensiones justo, equilibrado y sostenible no es fácil, pero tampoco imposible, si hubiera voluntad política para hacerlo, con el apoyo mayoritario del pueblo y los trabajadores.

!Pensiones justas y dignas para todos!

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