EL NOMBRE: ESE FAMOSO PERO OLVIDADO DETALLE QUE TE PUEDE BORRAR JURÍDICAMENTE DEL MAPA©

Por huggo romerom™

En México, todos vivimos firmando papeles como si la vida fuera un álbum de autógrafos. Que si las calificaciones de los hijos, que si una constancia escolar, que si el banco, que si las escrituras, que si una carta poder, que si el paquete que pidió la tía… Todo quiere firma. Pero hay un pequeño detalle que el  99% de la gente ignora: el nombre que pones y la firma que estampas NO son un juego.

Sí, suena obvio, pero no lo es. Hay quien se siente tan elegante que decide firmar como “María del Carmen de los Milagros Reyes de O’Donojú”, cuando en su acta de nacimiento nomás dice: “Carmen Reyes Salas”. Otros, en plena inspiración etílica (o por simple descuido), cambian letras, apellidos, eliminan nombres o agregan adornos como si redactaran una novela romántica: “Ma. Del Carmen S. de Garza”.

El problema es que la vida cobra factura, y cuando llega la hora de un trámite serio —regularizar una propiedad, una sucesión, una escritura, un juicio, un crédito o un trámite administrativo— jurídicamente puedes resultar “inexistente”, porque la persona que firmó NO coincide con la persona que figura en tus documentos oficiales.

Y ahí empieza el viacrucis.


I. EL NOMBRE ES UN ATRIBUTO DE LA PERSONALIDAD (NO UN ADORNO)

El Código Civil Federal es claro como el agua:

● Artículo 29

Establece que las personas tienen los atributos de identidad, entre ellos  el nombre.

● Artículo 58

El nombre de una persona queda determinado en el acta de nacimiento, y ese es el que rige para todos los actos civiles.

● Artículo 61

Dice que nadie puede usar un nombre distinto al que aparece en su acta, porque eso afecta derechos y genera confusión jurídica.

En otras palabras:
Tu nombre legal no es negociable. No es opcional. No es decorativo. Es el que está en tu acta, punto.


II. ¿QUÉ PASA CUANDO FIRMAS “CON OTRO YO”?

1. Se rompe el principio de certeza jurídica

Si firmas con un nombre que NO tienes legalmente, entonces no eres tú.
Eres una persona que NO existe en el mundo jurídico.

2. Puedes generar documentos inexistentes o inválidos

El acto jurídico puede:

  • No producir efectos,
  • Ser impugnado,
  • O ser declarado nulo,
    porque la persona que firma no coincide con el sujeto que debe obligarse.

3. Puedes meterte en broncas por dolo

Si firmaste deliberadamente con un nombre falso, aplican principios de responsabilidad civil (arts. 1910 y 1915).
Y si lo hiciste para obtener un beneficio, ya estás jugando con:

  • Falsedad de documentos,
  • Usurpación de identidad,
  • Y otros cariñitos del Código Penal.

4. En trámites futuros todo se complica

Cuando tengas que demostrar que todas esas firmas raras sí eran tuyas, tendrás que iniciar un:

Juicio de rectificación, aclaración o identidad

Donde el juez tendrá que determinar que:

  • todas esas firmas,
  • todos esos nombres,
  • todas esas variantes,

Sí pertenecen a la misma persona.

Un juicio que existe únicamente porque un día se te ocurrió firmar “bonito” o “como te decían en la primaria”.


III. LAS HISTORIAS DE TERROR (VERSIONES URBANAS 100% REALES)

  • La señora que firmó 20 años como “De Garza”, pero jamás se casó con un Garza.
  • El señor que siempre firmó “J. Luis”, pero su nombre real era “José Luis” y perdió un juicio porque “J. Luis” NO ERA ÉL.
  • La señora “Ma. del Carmen Reyes S.” que en realidad legalmente era “María del Carmen Reyes Salas”, y cuando quiso regularizar un terreno, jurídicamente resultó “desconocida”.

IV. LA REGLA DE ORO: EL NOMBRE QUE VA ES EL QUE DIJO EL JUEZ DEL REGISTRO CIVIL

Ni más, ni menos.
Ni con adornos, ni con comillas, ni con “de”, “del”, “von”, “O’”, “Mac”, “de la Corte”, ni letritas reducidas.

El nombre correcto es el del acta. Y si no te gusta, cámbialo legalmente (Artículo 135 del Código Civil, vía juicio).


V. CONSEJO URBANO–JURÍDICO PARA NO DESAPARECER DEL MAPA

Antes de firmar cualquier cosa, haz lo siguiente:

1. Saca tu identificación.

2. Mira tu acta.

3. Revisa tu nombre real.

4. Firma exactamente así.

O como dice el dicho moderno:

“La próxima vez que firmes algo, saca tu espejo, comprueba que eres tú, y así no te metes en problemas.”

La ley no es pesada:
pesada es la gente que firma como si estuviera inventándose un personaje nuevo cada día.

Si tienes este problema córrele…a arreglar tu situación.

Jaque Mate.

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