Eleazar Fuentes Gutiérrez
La estrategia, la frialdad y el no caer en provocaciones, son los factores que están permitiendo que México y Estados Unidos lleguen a un acuerdo comercial y diplomático. Hemos visto cómo, en los últimos meses, desde la última etapa electoral de Estados Unidos, México ha sufrido amenazas de invasiones, deportaciones, aumento de aranceles, entre otras cosas. Desde antes de que Claudia Sheinbaum asumiera la presidencia, ya era un reto si Donald Trump ganaba. Para mí, el nombrar a Marcelo Ebrard como secretario de Economía y a Juan Ramón de la Fuente en Relaciones Exteriores, así como los nombramientos de otras secretarías y direcciones, ya formaban parte de la estrategia de México frente a Trump. El gobierno mexicano ya sabía a lo que se podía enfrentar y comenzó a actuar con antelación. Fue todo un reto para el “segundo piso” de la 4T, que mostró madurez, templanza y dio una cátedra de cómo llegar a un acuerdo sin subordinaciones. Logró negociar con Trump, consiguió que se quitaran los aranceles por un mes y logró que el gobierno de Estados Unidos se comprometiera a combatir el tráfico ilegal de armas provenientes de dicho país.
Todo esto se traslada a la comunicación política, y los dos gobiernos han mantenido una postura clara ante la opinión pública. Claudia Sheinbaum se hizo presente con buenos mensajes: fue firme, pero sin dejar de lado lo diplomático. Las amenazas de Trump le sirvieron para tener más cartas en la negociación. Recordemos que la política es el arte de la negociación para llegar a acuerdos, y hay que saber mover las piezas en el ajedrez. Paciencia y no caer en provocaciones han permitido que se estén logrando acuerdos con EU. La Presidenta no cayó en el juego, a diferencia del presidente de Colombia, Gustavo Petro, quien se dejó llevar por las emociones y entró en un mini conflicto con Trump. En el caso de México, la situación se ha manejado de manera diferente.
Ahora, algunos intentan sacar provecho y creerse el “Trump de Latinoamérica”. El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, ha adoptado una postura desafiante contra México al imponer un aumento de aranceles del 27%, lo que refleja una estrategia más orientada a ganar protagonismo que a una negociación realista. A comparación de Estados Unidos, las exportaciones de México a Ecuador solo representan el 0.4% del total, por lo que no hay una gran afectación a la economía mexicana. No es la primera vez que Noboa toma una postura en contra de México. Recordemos lo sucedido en 2024, cuando se invadió la embajada mexicana, violando el derecho internacional y el Tratado de Viena. Considero que el gobierno de México ha sido lo suficientemente tolerante con el gobierno de Ecuador. Es hora de poner un alto y dar una respuesta firme. Si no nos acobardamos ante las grandes potencias, como ocurrió con Estados Unidos, mucho menos deberíamos hacerlo con un gobierno de un país que no ha respetado tratados y acuerdos internacionales con México. Veremos en los próximos meses cómo actúa la Presidenta ante estos nuevos desafíos. La geopolítica, la economía y la diplomacia son factores clave en esta era.
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