El Gobierno vive desde 1988 de la Miseria, los Vicios, las Adicciones y las Más Bajas Pasiones de las Masas. ©

Por huggo romerom™

México: el negocio más rentable sigue siendo la corrupción

La corrupción existe desde siempre. Santa Anna vendió el territorio, y desde entonces el país arrastra una herida que nunca cerró. Pero fue en 1988 cuando se empezó a trabajar en la idea de que la clase política ya no solo podría vivir y seguir viviendo —perpetuamente— de la miseria de la gente (darles pan y agua, predios sin servicios y discursos reciclados). Debían crear algo más sofisticado: una maquinaria que garantizara su subsistencia vitalicia a costa del pueblo.

Entonces decidieron que, aparte de la miseria —que garantizaba votos— había que crear, fomentar e invertir en la delincuencia organizada. No solo para manejar los vicios, las adicciones y las más bajas pasiones, sino también para ser socios silenciosos de esos negocios. Así, garantizaban ingresos millonarios de por vida.

Y desde 1988, se vive de la Miseria, los Vicios, las Adicciones y las Más Bajas Pasiones de las Masas. Habrá quien diga que esto no es cierto… pero sabe que así es.

Según el Banco Mundial, México pierde cada año alrededor del 9% de su PIB por causa de la corrupción, lo que equivale a más de un billón de pesos que se esfuman entre licitaciones amañadas, moches y complicidades. Mientras tanto, el 43% de los mexicanos vive en condiciones de pobreza, atrapados en el mismo círculo de dependencia que les vende esperanza cada sexenio.

La delincuencia organizada mueve más dinero que muchas empresas del IBEX o del IPC mexicano. La ONU estima que el crimen organizado en el país genera más de 600 mil millones de pesos anuales en narcotráfico, trata, extorsión y tráfico de influencias. No hay forma de sostener un mercado tan grande sin una estructura que lo proteja desde arriba.

Uno de cada cuatro adolescentes mexicanos ha probado drogas ilícitas antes de los 18 años, de acuerdo con la Secretaría de Salud. No por rebeldía, sino por vacío. Porque el sistema les enseñó que no hay mucho que ganar siendo honesto.

La verdadera tragedia no está solo en los números, sino en los valores. La dignidad, el respeto y la justicia se cambiaron por conveniencia, por miedo o por hambre. Y así, el círculo se cierra: se fabrica la necesidad, se vende la solución y se cobra la lealtad.

La corrupción no solo roba dinero. Roba futuro, roba sentido, roba país.

Y mientras nadie despierte, seguirá siendo el negocio más rentable de México.

Gracias pinches partidos de Miercoles.

¿Jaque Mate?

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