¡Alerta! Fraudes disfrazados de facturas: La trampa legal de los CFDI sin materialidad ©

Por huggo romerom™

Información importante para Personas Morales y Personas Físicas.

En México, el uso de CFDI (Comprobantes Fiscales Digitales por Internet) ha sido una herramienta clave para transparentar las operaciones comerciales y combatir la evasión fiscal. Sin embargo, su sola existencia no garantiza legalidad.

Hoy, las asociaciones comunitarias están en la mira por convertirse en nidos de corrupción y simulación. Basta un “proveedor de confianza” que facture lo que le pidan, aunque jamás entregue mercancía real, aunque su empresa sea un cascarón sin inventario, sin empleados, sin capacidad operativa. Mientras uno se queda con el IVA y el otro con el importe total, ambos se ríen… hasta que llega el SAT o la FGR.  Su negocito ha sido descubierto ‘Houston tenemos un problema’…

La materialidad es esencial: implica verificar que la operación realmente ocurrió y que quien factura tiene la capacidad legal, financiera y operativa para cumplir. Sin esto, la factura es papel mojado… y el delito, real.

Cualquier comunidad o asociación civil que no revise factura por factura, que no exija la Opinión de Cumplimiento del SAT del proveedor, el Acta Constitutiva (si es S.A.), la verificación de domicilios fiscales y de sus bodegas, se convierte en cómplice pasiva o activa del fraude.

Y esto no es menor. La utilización de facturas falsas, la simulación de operaciones y el uso de documentos apócrifos constituyen delitos graves que violan diversas disposiciones del Código Fiscal de la Federación, particularmente el artículo 113 Bis, y del Código Penal Federal. Estos delitos pueden ameritar hasta 13 años de prisión, multas millonarias, cancelación del RFC, inhabilitación para contratar con entes públicos y, lo más grave, prisión preventiva oficiosa, conforme al Artículo 19 Constitucional.

El que simula operaciones es un defraudador fiscal. El que avala facturas sin sustento es un cómplice. El que se beneficia de recursos públicos sin cumplir la ley es, simple y llanamente, un defraudador.

Las asociaciones comunitarias no deben operar con clubes exclusivos de proveedores, mucho menos con empresas fantasmas ni con “amigos” que venden lo que ni tienen ni entregan Ni FAMILIARES. Hoy el delito de fraude  ya no se disfraza con movimientos bancarios, se disfraza con RFC, sello digital y membrete corporativo.

Ciudadanos, despierten. Revisen, denuncien y exijan transparencia. Porque quien calla, también es cómplice.

Para denunciar facturas sospechosas ante el SAT (Servicio de Administración Tributaria) en México, puedes utilizar el correo electrónico denuncias@sat.gob.mx o llamar a los teléfonos 55 8852 2222 (dentro de México) o 1 52 55 8852 2222 (internacional). También puedes ubicar los “Teléfonos Rojos” en las oficinas del SAT para reportar irregularidades. Es importante proporcionar información detallada sobre la factura sospechosa y, si es posible, adjuntar pruebas como la factura en formato PDF o JPG

Jaque Mate.

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