La verdad ha derribado la mentira y la mal llamada “verdad histórica” deteniendo a su principal autor.
Todo lo acontecido en torno a los 43 de Ayotzinapa es muy doloroso y toda responsabilidad, sea por acción u omisión, tendrá que ser asumida en su justa dimensión por quiénes de alguna manera tuvieron en sus manos las investigaciones y la facultad de procurar e impartir justicia y también la posibilidad de incidir jurídica y políticamente en el asunto.
Imagínense que hubiese votado avalando el desechamiento del Juicio Político contra el ex Procurador General de la República en la Cámara de Diputados; en estos momentos iría derechito al basurero de la historia.
BENDITA CONGRUENCIA
Cuando fui legislador VOTÉ EN CONTRA. ME OPUSE contra ese actuar y allá quedará en la conciencia de quiénes avalaron ese Dictamen entre las Comisiones de Gobernación y de Justicia que constituyen la de Examen Previo en la Cámara de Diputados.
¿Qué tal que me hubiese inclinado por la cómoda simulación? Nada más por apegarme a argumentos legaloides en lugar de luchar por la justicia.
El tiempo me ha dado la razón y aquí están los argumentos.
A esto me refiero cuando cuestiono a legisladores que, aún siendo de nuestro movimiento, han traicionado al pueblo y se han dejado ir por la fácil.
Así en Guerrero, la historia va a juzgar cada voto que dieron los legisladores locales para traicionar a nuestros hermanos indígenas y afromexicanos.
Retornando a la detención de Murillo Karam, no es el único que debe ser detenido, procesado y condenado, el subsecretario de gobernación, Alejandro Encinas, habló de más de 30 cómplices en la alteración de las investigaciones del caso Ayotzinapa y debe actuarse en consecuencia.
Además; no queremos la espectacularidad de hoy, sino la efectividad y sustentabilidad de las actuaciones y un proceso sólido que se apegue a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para empezar a revertir la impunidad y construir el postergado y tan anhelado estado democrático de derecho.