Por Manuel González Guerrero
Entre teclas
(IV)
Felipe Guerra
Terminaba la década de los 70’s, y le conocimos porque pedían llamar a la redacción de El Diario de Monterrey, para saber si había alguna noticia que se podría incluir en el programa “Juicio al Futbol” de Canal 12.
Eustolio Vallines, era el jefe de sección, nos pidió, que cuando buscaramos comunicarnos, pidieramos hablar con Felipe Guerra García.
Físicamente no le conocíamos, salvo por la voz, (el trabajo nos llevó a una redacción), con el tiempo, fue jefe de Sección de El Diario, también tuvo ocupaciones en diversas áreas del periódico.
Una ocasión, platicando con Gerardo Castro Treviño, nos comentó que llegó al periódico Más Noticias, un joven que deseaba escribir de artes marciales, inquieto y muy enterado, que con el paso de los años llegó a ser un gran periodista.
Lleva en su corazón a Santa Catarina.
Y cuando lo tuvimos de jefe sabía escuchar ya hasta nos permitía poder hacer labores más allá de la nota.
Sabiendo que nos gustaba la fuente taurina, nos pide que escribamos notas en torno a ella, pero diferente, que no cayéramos en la entrevista al torero o en la crónica, que al final de cuenta realizaba Antonio Ramírez Córdoba. Así salieron varias notas.
Cierto ocasión, se fue la luz en el edificio del periódico El Nacional, nos dio oportunidad de irnos a platicar a un Café, que se localizaba frente al Hospital de Zona, por Pino Suárez.
Ahí conocimos a Felipe, cariñoso con su familia, preocupado por su esposa y ante todo le interesaba mucho que cuidáramos el medio ambiente, ese punto nos llamó mucho la atención de él.
Conocimos la vida de un joven, que era fiel a enseñanzas militares y que buscó ser parte de algo de ello, ofreciendo conocimientos después de que los aprendió en ese mismo lugar.
Nos impactó como citaba fechas y lugares y hasta nos habló de un hecho, que ahora están los libros de texto y que ocurrió en Tlatelolco en 1968.
En El Nacional, se nos pedía cubrir notas amateur, irnos al llano, salirnos del deporte profesional y escribir de aquellos deportistas que lo hacen por gusto los fines de semana.
Cierta ocasión, nos tocó cubrir un encuentro de softbol, que se hacía anualmente en los campos del bulevard Díaz Ordaz, en La Fama y donde jugaba la familia Treviño, contra la familia García.
Cuando veía Felipe las fotos y la nota, se levantó de su escritorio y se dirigió a nosotros, recordando esos encuentros, porque no solamente le habían platicado en casa de ellos, sino que, recuerdo, él también tuvo participación, pero no podría confirmarlo porque a veces esta memoria nos falla.
Un hombre fiel de la profesión y muy celoso de la redacción.
Siempre recordando a todos los pilares de las artes marciales en Nuevo León, porque, sin lugar a dudas, tenía muchos recuerdos de ellos.
Conoció la las entrañas del periodismo, en la situación escrita y hasta hablada, porque tiene ese don de poder convivir con los jóvenes periodistas.
Y tiene muy buena comunicación con ellos, al grado tal, de que podríamos decir que es uno más de ellos, porque lo respeta.
Licenciado por ley, amigo por vocación.
Es el eterno joven.
El eterno inquieto de la pluma.
También supo manejar áreas de comunicación de dependencias gubernamentales y el bien llevar las salas de prensa de eventos nacionales e internacionales.
Es un guerrero.
Nunca baja la guardia.
Un paladín.
Como anécdota personal, nos pidió escribiéramos una columna deportiva en el diario El Nacional y él mismo la bautizó como “Línea Deportiva” y nos dijo: ahí escribes de lo que quieras, hasta de toros.
(Dios nos guíe)
Texto tomado del facebook del periodista deportivo, Manuel González Guerrero