MOVILIZACIÓN SE ESCRIBE CON “EME” DE MORENA…

ROBERTO GUILLEN

A pesar de la inmovilizadora peste de la pandemia, y a pesar de la aridez que prima en la Bizarra Manhattan Regiomontana, ese 17 de febrero una vez más volvimos a comprobar que eso que llaman Movilización se escribe con “eme” de Morena.

Frente a ese frigorífico de los arreglos ultramontanos, que llaman “Congreso del Estado”, se aparecieron los militantes de un movimiento que suelen vestir un chalequillo en color guinda. Sí, en el bastión empresarial del Diablo Fernández y su patrocinada Secta de los Gilbertianos (Frenaaa), una vez más volvimos a ver palpitar el corazón de un pueblo que salta a la calle, cuando sabe que su destino y futuro está en juego, con eso de que los bandidos del PRIAN persisten en su ruinoso maridaje con las tiburonas trasnacionales gachupinas que se chupan la energía de México, haciendo de la CFE un mero balín florero de ornato.

Yo que soy un tránsfuga de los oficialismos y otras componendas, ese 17 de febrero de Movilización Social, me quedé flotando con el grato buqué de ver a la Mujer luchando por su Pueblo. Me fui a destapar una botella de vino tinto, a escuchar los efluvios de Duke Ellington y a brindar por la Dignidad de Betty Barrón, Por el Carácter de Krupskaya, Por el Compromiso de Argelia, y por la presencia de la única diputada que salió a unirse con la Causa del Pueblo: Anylú Bendición.

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