iNO HA MUERTO DÍAZ ORDAZ!
EL ASESINO DE ESTUDIANTES
Por: Dr. Juan de Dios Sánchez Martínez
Los mandos militares y soldados que actuaron en la matanza estudiantil de 2 de octubre del 68, también fueron responsables de la matanza del 10 de junio de 1971, de la toma de la UANL, del IPN, del bazukazo a San Ildefonso, por órdenes del entonces mandatario Gustavo Díaz Ordaz.
Senadores, Diputados, Secretarios de Estado como Luis Echeverría y Gobernadores como Alfonso Martínez Domínguez y muchos más, aplaudieron el acto de cinismo del asesino, quien como Presidente de México se ufanó de ser el responsable de “los hechos” ocurridos en 1968.
Inmoralmente ese asesino siguió vivo y sigue vivo en el ideario político de los gobernadores, alcaldes, regidores y pseudo intelectuales que pusieron y defienden el nombre de esa bestia en pueblos, colonias, avenidas, calles, escuelas, plazas, mercados y edificios públicos donde impusieron su nombre manchado de sangre.
No solamente cometieron esa vileza. Le erigieron monumentos, como las estatuas en Linares, Nuevo León; Ciudad Serdán, Puebla y Guadalajara, Jalisco y siguen permitiendo esa burla al no acatar el Acuerdo del Congreso de la Unión para cambiar su nombre y retirar placas, bustos y estatuas colocadas en su triste memoria.


Dar a alguien el nombre de una calle, un recinto, un pueblo o erigirle un monumento debe ser porque ese personaje es un referente ético para quien se tome la molestia de indagar sobre los desempeños de su vida.
Innumerables veces hemos exigido se desaparezcan los nombres de los antihéroes de la historia.
Sin embargo, los esclavistas norteamericanos que subsisten se revelan y reclaman su derecho a ondear la bandera de los confederados; los neofascistas marcan a fierro su cuerpo como muestra de admiración a Hitler.
En Italia, España y Chile tanto Benito Musolini como Francisco Franco y Augusto Pinochet ganan elecciones y en México sólo falta la estatua de Victoriano Huerta, porque Pablo González Garza, Santiago Vidaurri y Bernardo Reyes, entre otros, ya tienen las suyas.