Desde hace una década, la Universidad Autónoma de Nuevo León brinda a las personas con Alzheimer una terapia asistida con caninos, permitiéndoles tener una mejora a nivel físico, emocional y cognitivo.
“Esta terapia está marcada dentro de las terapias no farmacológicas y el objetivo es mejorar la calidad de vida de los pacientes con esta enfermedad. Los pacientes refieren una mejoría en su estado de ánimo con la presencia de los perros y lo que tenemos de testimonio de la familia es que ven la motivación; los adultos mayores quieren asistir con mayor regularidad a las terapias cuando hay un canino interactuando. Hay una mayor adherencia a los tratamientos”, señaló Xóchitl Angélica Ortiz Jiménez, catedrática de la Facultad de Psicología de la UANL.
Las sesiones están diseñadas para durar entre 30 y 50 minutos. La primera etapa consiste en presentar al perro con el paciente. Posteriormente, se trabaja en algo concreto, que puede ser el estimular la atención o la memoria de la persona con Alzheimer. Y ya en el cierre de la terapia, el canino se despide del paciente realizando un paseo que se realiza en la sala del consultorio.
Dependiendo de los objetivos, la terapia puede tomar de tres a diez sesiones. Generalmente se brindan en forma de taller en grupos integrados de cinco a quince personas.
En las sesiones se usan caninos de razas pequeñas y grandes que van desde un chihuahua y golden retriever o hasta razas consideras poderosas como los pitbull y rottweiler. De acuerdo con las necesidades del paciente, es el perro que va a participar y también va a depender de las mismas habilidades del canino.
“Por ejemplo, puede que tengamos a un adulto mayor en una silla de ruedas y aquí podemos colocarle en el regazo un perro pequeño para que lo acaricie. Considero que los animales han estado con nosotros desde siempre y somos parte de un ecosistema. Los perros conviven con nosotros y podemos apoyarnos en ellos para tener una mejoría en nuestra salud”, explicó la especialista.
Los perros utilizados para esta terapia son voluntarios y seleccionados y capacitados previamente.
Beneficios de la terapia
- Física: el perro es un motivador, porque hace que el paciente se levante y camine. Por ejemplo, a dar un paseo en las instalaciones del consultorio. En esta situación, el adulto mayor realiza actividad física.
- Emocional: el canino ayuda a que disminuyan los síntomas que tienen que ver con la ansiedad y la depresión.
- Cognitiva: los pacientes con Alzheimer tienden a recordar el nombre del perro. A partir de esto, se puede comenzar a trabajar y estimular la memoria y la atención.
Si le interesa saber más acerca de esta terapia, pueden comunicarse al Servicio de Geriatría del Hospital Universitario al teléfono 81-8123-2436, o a la Unidad de Servicios Psicológicos al número 81-8333-7859.