Por Diego de la Vega
CUNA DE LOBOS…
Mientras Maquio ¿¡moría!? en un accidente de carretera, Diego Fernández de Cevallos se sentaba, puro en mano, a negociar con Carlos Salinas de Gortari en el despacho presidencial.
Desgastado el PRI, el panista Vicente Fox logró llegar a la presidencia. El pais le entregó la esperanza de cambio pero en una sola frase resumió su mandato ¿Y yo por qué? No acabó con la corrupción, se hizo de ella. Permitió el regreso de la tepocata mayor: Salinas de Gortari y se la pasó, comodino, todo el sexenio en construir su rancho-retiro y su modus vivendi-Centro Fox.
El “haiga sido como haiga sido” cínico definió a Felipe Calderón. Robó la presidencia, pactó con el PRI a cambio de que le ayudará a terminar de arrebatar el triunfo a Obrador. En su afán de lograr legitimidad inventó la “Guerra contra el narco” y lleno al país de sangre: cien mil muertos.
Ya en elecciones del 2012, Felipe Calderón pagó el favor al PRI. Traicionó al PAN y a su candidata, Josefina Vázquez Mota, y le ayudó a Enrique Peña Nieto a obtener los votos suficientes que le permitieron al PRI regresar a Los Pinos.
A Josefina Vázquez Mota no le fue mal. Después de la traición de Calderón supo sacar tajada, Peña Nieto, le entregó 900 millones de pesos para su asociación civil, que para ayudar a los migrantes mexicanos en Estados Unidos… ja.
En sus planes, Felipe Calderón empezó a construir la candidatura de su esposa, Margarita Zavala, pero en su camino se encontró con un alumno aventajado y ventajoso: Ricardo Anaya.
Ricardo Anaya ya había traicionado a su padre político, el ex gobernador de Querétaro, Francisco Garrido, a su padrino de partido, Gustavo Madero. Sólo faltaba la presa mayor: Felipe Calderón. Y el golpe fue por el lado de Margarita Zavala, quien ante el temor de quedarse sin candidatura decidió dejar el PAN e irse de independiente.
Esos son los nombres más visibles pero en el historia de la derecha y del PAN hay decenas de traidores y traicionados más.
Dentro de las mismas filas del PAN hubo una sensación ambivalente de enojo-felicidad si Anaya no ganaba las elecciones presidenciales. Tantos que muchos abandonaron el barco y se fueron con el acérrimo enemigo: Obrador o tocaron las puertas del PRI o decidieron abandonar la política.
Los que entonces se quedaron con Anaya debieron traer el estómago revuelto, algunos de ellos se quedaron tan solo por desprecio a Felipe Calderón ¿Verdad, Santiago Creel? ¿Verdad, Josefina?
Otros, por ejemplo, la mayoría de los gobernadores panistas, no movieron un dedo en favor de Anaya. ¿Por qué? Porque la mierda, cuando apesta, genera repulsión.
El PAN, cuna de lobos.
De traidores patológicos.
Gangrenado el partido panista, solo quedó amputar.
¿Cómo quedó al final? Con tanto traidor, quedo quedó dividido y debilitado, hoy vemos, afortunadamente, su proceso de extinción.
El México de los traidores existe. Los panistas son un ejemplo de ello.
Don Diego de la Vega.