Fue proclamado por la ONU en 1992, pero la primera vez que se celebró fue en 1987 en París, cuando más de 100 mil personas se reunieron en la Plaza del Trocadero para manifestarse a favor de los Derechos humanos y la libertad en honor a las víctimas de la pobreza, el hambre, la violencia y el miedo.
La convocatoria fue organizada por Joseph Wresinski, fundador del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo, quien organizó esta campaña y quiso celebrar el que se llamó en un primer momento Día Mundial para la Superación de la Pobreza Extrema.
Si bien la cantidad de personas que viven en la extrema pobreza disminuyó en más de la mitad entre 1990 y 2022 (de mil 900 millones a 836 millones), datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), estiman que más de 800 millones de personas aún viven con menos de 1,90 dólares al día (34 pesos), que es la cantidad establecida internacionalmente como el umbral de la pobreza. Y muchos carecen de acceso a alimentos, agua potable y saneamiento adecuados,
La erradicación de la pobreza es uno de los mayores retos globales con que se enfrenta actualmente el mundo, sobre todo algunos países subdesarrollados, y en particular África, donde casi el 42% de la población continúa viviendo por debajo del umbral de la pobreza.


La pobreza no es solo una cuestión económica. Se trata de un fenómeno que comprende la falta de las capacidades básicas para vivir con dignidad, como el acceso al agua potable, a la electricidad, saneamiento y alimentos.
La pobreza es en sí misma un problema de derechos humanos urgente y es causa y consecuencia de violaciones de los derechos humanos. Por ello, reducir la pobreza y erradicarla es una obligación de todas las sociedades.